Entre la noche del 12 de diciembre de 1976 y la madrugada del día siguiente, siete presos políticos fueron sacados por fuerzas de seguridad de la cárcel de Resistencia, Chaco, mientras el Ejército tenía rodeado el penal bajo amenaza de entrar a sangre y fuego. Trasladados a dependencias policiales los sometieron a golpizas y torturas durante más de cinco horas. En simultáneo, otros veintidós cautivos, entre varones y mujeres, provenientes de diversos lugares de detención, corrieron idéntica suerte.

El salvajismo y la crueldad de los verdugos alcanzó límites inimaginables. Según algunos testigos -que también se encontraban detenidos en la Brigada policial- es casi seguro que cuando los subieron a todos en camiones del Ejército, varios de ellos ya habían fallecido a causa de los tormentos.

El convoy militar, dirigido personalmente por el entonces oficial de Inteligencia del Regimiento de Infantería 9 con asiento en Corrientes, Horacio Losito, transportó a aquellos cuerpos exánimes a un paraje de la ruta provincial 11, situado a casi treinta kilómetros de la ciudad de Resistencia, y vecino a la ciudad de Margarita Belén. En ese lugar, con el espeso monte lindero como único testigo, simularon la escena de una fuga de los prisioneros y los fusilaron a quemarropa.

Este hecho, conocido como la Masacre de Margarita Belén, fue conmemorado al cumplirse el 47 aniversario por las organizaciones sindicales, territoriales, cooperativas, de Derechos Humanos, estudiantiles, partidos populares y expresos políticos que, reunidos durante la noche del pasado día 12 en la tradicional Vigilia frente a la exBrigada -hoy Casa de la Memoria- marcharon al día siguiente en caravana por la ruta 11 hasta el lugar donde fueron masacrados los compañeros. Allí, donde se levanta un monumento en recordación de los caídos, se acercaron más de un centenar de vehículos con integrantes de todas las organizaciones. Nosotros, como Central, nos encolumnamos junto a la compañera Belén Rodríguez, secretaria general provincial, y delegaciones de CTERA, ATE, SUTEPA, nucleamientos militantes de los territorios y representación de la Mesa Nacional.

Es imprescindible destacar, sin embargo, que el principal protagonista de esta sentida conmemoración fue el espíritu de fraternidad y unidad que amalgamó a todas y todos los presentes sin distinción de banderías políticas. Y aunque ese clima permeó toda la actividad, su símbolo más elocuente fue la ovación que saludó la lectura del documento alusivo leído por el compañero Santiago Osuna, presidente pro témpore de la Comisión Provincial por la Memoria en representación de H.I.J.O.S Regional Chaco. Al cabo, el nombre de cada fusilado fue homenajeado por los centenares de compañeros reunidos con el grito de “¡Presente!”.

El documento -que se adjunta a pie de página- y la voluntad indoblegable de la militancia chaqueña, constituyen un hito de la resistencia popular en momentos en que el gobierno nacional se dispone a reprimir la protesta social mediante el Protocolo Bullrich, un burdo bando anticonstitucional con el que sueñan con amedrentar al pueblo.

(*) Secretario de Enlace Territorial de la CTA.

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