HUGO YASKY - NO QUIEREN UNA REFORMA LABORAL, QUIEREN PONER DE RODILLAS A LOS TRABAJADORES

Los Tribunales de Trabajo, la Justicia Laboral, nació en el año 1945. Es decir el decreto que establece la existencia de estos Tribunales especiales fue firmado en enero de 1945. Es decir, 10 meses antes de ese hecho que marcó el nacimiento del peronismo y la represalia de la clase dominante a esos avances, que marcaron a fuego el cambio de país, todo lo que se constituyó en términos de leyes laborales, conquistas, incluida la justicia laboral, porque antes el obrero iba a tramitar cualquier juicio y perdía antes de empezar. La sabiduría popular dice “hacete amigo del juez”, pero el obrero no tiene la posibilidad de hacerse amigo del juez, porque salvo jueces como el ex juez Pompa, y algunos pocos que todavía quedan caminando por ahí, ellos forman, tributan a su propia clase, porque esto es así. Por eso tenemos Comodoro Py, por eso tenemos el lawfare, por eso tenemos en América Latina muchos presidentes, todos los que pasaron por el No al Alca, destituidos por las Cortes Supremas de sus países.

Honduras, que hoy está en un proceso electoral, debatiéndose entre un candidato de extrema derecha y otro de derecha, fue el primer país que en el 2009 pagó por haber estado acá en Mar del Plata rechazando el ALCA. Fue destituido Mel Zelaya, que después lo recibimos en la CTA, fue destituido por un proceso judicial y de ahí en adelante vinieron otros procesos judiciales.

Es decir, pusieron el huevo de la serpiente, incubaron el huevo de la serpiente y ahora estamos pagando las consecuencias de eso, porque hoy el nivel de injerencia de Estados Unidos de Norteamérica en América Latina, (yo me acuerdo cuando hace unos años, todavía usábamos la palabra imperialismo), y algunos nos recriminaban que estábamos un poco, que nos habíamos pasado dos o tres pueblos, que el imperialismo no existía más. Que ahora estábamos en un mundo de multilateralismo, la globalización, etc, etc, no existía más el imperialismo. Bueno, ahora lo tenemos a Donald Trump. Si eso no es el imperialismo, qué será el imperialismo.

Ahora tenemos al portaaviones más grande del mundo frente a las costas de Venezuela, ahora tenemos un presidente que acaba de decir lo mismo que dijo antes de las elecciones en la Argentina: “si no votan a mi candidato, a Honduras le va a ir mal”, y para demostrar lo mal que le va a ir a Honduras, indultó al presidente condenado con pruebas de todo tipo, a 45 años de prisión en Estados Unidos por narcotraficante. El ex presidente de Honduras. El obispo de extrema derecha de Honduras. O sea que están dispuestos a todo. Están dispuestos a caminar sobre las leyes del derecho internacional, sobre las Constituciones de nuestros países y sobre la democracia. Y lo van a hacer en nombre de la libertad. Y van a construir el caos en nuestros países como lo construyeron en Arabia con la famosa historia de la revolución, de esa que decían de la primavera y todo el verso que montaron, con un objetivo muy claro. Convertir esos países en estados fallidos porque no tenían la idea de quedarse a gobernar Libia con un virrey. No podían.

¿Qué hicieron? Destruyeron Libia. Hoy en Libia hay tribus que se matan entre ellas y en ese caos Estados Unidos se queda con el petróleo, que es lo que le interesaba de Libia. Terminar con Ghadafi para quedarse con el petróleo. Y esta misma historia van a repetir, o van a intentar que se repita en Venezuela.

Esto lo digo porque Milei, que es el propulsor de la reforma laboral, forma parte de ese esquema que se consolida en América Latina. En realidad, Milei no es digamos, no es un actor que está en paridad de condiciones con Trump, Milei sería “Chirolita” en esta historia. Un Chirolita que llegó a la Casa Rosada, cuando las grandes corporaciones económicas de este país, vieron que lo de Bullrich era inviable, porque primero quisieron que fuera Larretta, después que fuera Bullrich, y finalmente terminó siendo Milei. Fueron ahí y este que venía hablando en contra de la casta, terminó gobernando con lo peor de la casta. Porque Caputo, Sturtzenegger y la mafia que lo rodea, Bullrich, que pasó por todos los partidos políticos, para no hablar de su pasado más atrás, porque le incomoda que se lo recuerden.

Entonces, este que venía a gobernar contra la casta, hoy es la expresión cabal de lo peor que tiene este país, que es la alianza de los grupos de la especulación financiera con los dueños de las corporaciones empresarias más poderosas. Y nosotros no podemos otra cosa que sentir envidia de los empresarios brasileros que quieren industrias. Estos que tenemos nosotros, en cuanto ganan un poco de plata se compran campos. Se compran espuelas de plata y se sacan una foto con un caballo y una fusta en la mano. Y para los brasileros avanzar y ser exitosos es avanzar y mostrar empresas, mostrar fierros, mostrar cosas que funcionan. Estos no, estos van al revés. El brasilero tiene orgullo de ser brasilero y de tener una moneda. Estos tienen vergüenza de ser argentinos. Ese que fue a Estados Unidos a ofrecer todas las riquezas y terminó diciendo: “el único problema que tiene la Argentina es que está llena de argentinos”. Tienen vergüenza de ser argentinos. Tienen vergüenza de tener una bandera.

Entonces, estos tipos son los que vienen a proponer la reforma laboral. Por supuesto, qué puede haber de bueno en esa propuesta. Porque uno diría bueno, capaz que hay algo que nosotros no vemos, no entendemos, y esta gente viene con un modelo de apoyar la industria, de generar empleo, de generar producción interna y nosotros no la estamos viendo. Pero no es así. Estos tipos vienen con el mismo objetivo que se trazó José Alfredo Martínez de Hoz en el año 1976 cuando dijo “hay que terminar con la industria en la Argentina”. El proceso de desindustrialización es el objetivo de esta gente. ¿Por qué? Porque quieren reconvertir a la Nación Argentina. Convertirla en otra cosa. ¿En qué? En una plaza financiera y en una gran plaza abierta al extractivismo para que ese sea el sustento de la economía del país.

Ayer mismo, yo siempre lo pongo porque para mí es tan claro, y lo pongo como ejemplo. El modelo de ellos es Perú. Y anoche lo dijo de nuevo Caputo. Dijo “tenemos que ser un Perú reforzado”. Reforzado. Y cuando uno ve cuál es el cuadro social de Perú, cuáles son sus variables, 80% de informalidad laboral. 80%. Un país que no tiene industria, un país eminentemente extractivista y con una actividad que es el turismo. Un país donde no existen las jubilaciones. Los que se jubilan son … esos sí que son una casta los que acceden a las jubilaciones. Un país que no computa la desocupación. No tiene una estadística de desocupación.

Cuando les preguntamos en una reunión que tuvimos de la Confederación Sindical Internacional, y había un peruano, cuando preguntamos cuánto era la desocupación dijo “no, eso no lo medimos”. Claro, tienen 80% de trabajo en negro, nadie se jubila. ¿Para qué van a medir la desocupación? Y el que no tiene trabajo se las arregla.

Ahora, ¿nosotros queremos ser como Perú? Ese es el proyecto nuestro. Pero en ese camino tienen un obstáculo. Dos obstáculos: uno es el peronismo y el otro es el sindicalismo. Los dos forman parte de la misma cosa. Pero a los dos los tienen que liquidar. Y saben que no pueden liquidar uno sin liquidar al otro y ese es el objetivo principal que tienen, porque el movimiento sindical, con todas las críticas que le podemos hacer. Lo decíamos recién. Hoy es más fácil. Nosotros dos somos de la CTA. Criticar a la CGT es como qué sé yo, como que te den un pote con dulce de leche. Ahora qué sentido tiene, qué sentido tiene para nosotros.

Porque hoy no es la izquierda que critica la CGT. Hoy la derecha nos critica a todos. Y la derecha no discrimina. No dice “ay, sí, estos dos son de izquierda y son pobres y este es rico, es malo y es derecha”. No, todos los sindicalistas son una mierda en el discurso oficial. Todos somos corruptos. Todos merecemos estar presos. Todos, si estamos atrás de un cargo de conducción es porque queremos cagar a la gente y queremos quedarnos con la plata de la gente.
Y si hay alguno que todavía no lo hizo, no importa, lo va a hacer más adelante. Está en la cola. Está en la fila, está aprendiendo. Eso es lo que ellos dicen del sindicalismo. ¿Pero lo dicen porque lo creen? No. Ellos saben que no es así, porque es de sentido común. Ni todos los curas son como el padre Grassi, ni todos los periodistas son como este que se vendió por dos mangos. No, no es así. Lo mismo saben del sindicalismo. Que tenemos diferencias tenemos diferencia, pero para ellos la diferencias que tenemos no valen nada. Ellos necesitan que el sindicalismo deje de existir. ¿Por qué? Porque en este país, el movimiento nacional y popular sobrevivió dictaduras, sobrevivió gobiernos de derecha, sobrevivió represiones, sobrevivió crisis, porque se constituyó en un movimiento que incorporó a la fuerza organizada de los trabajadores. El peronismo no nació en una convención partidaria, no nació en un encuentro de intelectuales. Nació en la calle el 17 de Octubre del 45.

Y recuerden ustedes que la movilización y el paro estaban convocados para el 18. El pueblo salió antes. Fue una insurrección popular. Y en ese momento había un gobierno militar que dudaba entre reprimir y llenar de sangre las calles o ver de qué manera paraban eso. Y terminaron decidiendo que Perón tenía que ir y hacer ese discurso y le rogaban que dijera a la gente que se fuera a la casa. Que estaba todo bien. Y Perón lo hizo.

Entonces, eso es lo que quieren destruir. El movimiento sindical. Someter al trabajador a una condición que les permita poder transitar el tiempo de la destrucción de la industria y del empleo en la Argentina. Porque ellos saben que va a pasar. Saben perfectamente que va a pasar. Que va a empezar a ocurrir lo que está ocurriendo ahora. Que grandes empresas, no las Pymes ya. Las grandes empresas se empiezan a ir de la Argentina. Los compañeros del Ministerio de Trabajo lo saben. La lista todos los días se engrosa. Y saben que por más que Vaca Muerta produzca a mil por hora, por más que las mineras funcionen y dejen la Cordillera como un queso lleno de agujeros. Por más que hagan todo eso, eso no alcanza para reemplazar el empleo que se va a destruir en las grandes ciudades. Y saben que no es que la gente del Gran Rosario, en el Gran Buenos Aires, en el Gran Córdoba, la gente humilde, que no tiene un mango, que quedó en la calle, que sobrevive apenas, no se va a ir a trabajar a las mineras de San Juan o de Catamarca, o de Mendoza. Eso no va a pasar. Ellos lo saben. Y tampoco va a haber tanto empleo que puedan reemplazar.

Entonces qué hay que hacer. Convertir esta gente en parias. Quemarles la cabeza, quemarles la cabeza, porque ellos han logrado instalar una lógica del odio que es perversa. Ellos lo tienen claro. Odian a los que están abajo y han logrado que nosotros odiemos a los que están al costado nuestro. Ellos odian de arriba para abajo y nosotros no odiamos de abajo para arriba. Odiamos horizontalmente. Odiamos al que tiene convenio, el que labura y está en negro odia al planero que se queda en la casa. El planero odia al que sale a trabajar, porque sale a trabajar. Y esos son los odios que tenemos nosotros.

Hoy venía escuchando en el auto algo que … un análisis sobre Cambridge Analítica. Los que produjeron el milagro del Brexit y produjeron el milagro de Milei. Trabajando con los algoritmos y trabajando desde las redes. Ellos decían ¿cuál es el milagro para vender la latita de Coca Cola? ¿La chica linda que ofrece el producto? No. ¿La música del producto? No. La sed. La sed es lo que hace que nosotros podamos vender más latitas de Coca Cola. Y cómo se incrementa la sed. Elevando la temperatura. Hay que ponerle mucha temperatura.

Y en política hay que levantar la temperatura. ¿Y cómo se levanta la temperatura? Con el discurso del odio. Hay que meter mucho odio abajo, porque la gente está muy dolida, está muy frustrada, está sin horizonte, está con hambre, está con furia y hay que meterle más furia. Mucha más furia abajo, abajo,para que se rompa la sociedad. Para que en el caos gobernemos nosotros, los irracionales. Porque ellos, ayer los vimos Un personaje que uno dice cómo puede ser que estén estos tipos. Bueno, el caos lo gobiernan ellos, por qué, porque el gobierno va a ser el de las corporaciones. Va a ser el del Comando Sur. Mientras tengan lo que quieran lo van a tener. Entonces esto es lo que nosotros enfrentamos. La reforma laboral no tiene nada que ver con el verso de la industria del juicio. Todo verso es. Qué costo laboral van a abaratar si en la estadística, medido en dólares, tenemos el salario más bajo de América Latina. Más abajo no podemos ir. Ya estamos en el piso. Primera vez en la historia en la Argentina. Salario más barato en dólares. Ahora, guarda, porque el discurso a veces de compañeros que con buena intención.

Hoy lo decía la compañera, cómo se llama la compañera que habló. Lo decía muy bien Paula. Ojo con la historia de que la reforma laboral ya está hecha. Claro, porque nos tienen que convencer de que ya está hecha. ¿Cuántos hay en negro? La mitad. Ahora, si nosotros entramos con ese discurso, porque a veces yo escucho a algunos compañeros trotskistas, ojo con eso que nos estamos pegando un tiro en el pie. Porque no es que ellos están pensando en la reforma laboral para que la mitad que no tiene derechos, acá se dijo claramente. Ellos quieren a todos sin derechos. Pero sobre todo el derecho que les importa es generar eso que se planteaba aquí, la asimetría. Eso es lo que no le perdonan al peronismo. Cuando el peronismo hizo la justicia laboral, se acabó la joda de que cada juicio que había lo ganaba siempre el patrón. Y cuando el trabajador sabe que cuando va a la justicia y no pierde y que tiene un sindicato que lo defiende y avanza y que tiene un derecho laboral. Lo despiden y lo vuelven a meter en la fábrica, se empodera. Le termina de perder el miedo al patrón. Empieza a tener la cervical en una posición más saludable. Deja de vivir con la cabeza gacha, que es como viven los trabajadores en Perú y en todos los países “bananeros” que ellos nos quieren poner de ejemplo a nosotros.

Y pudieron avanzar cuando destruyeron al movimiento sindical. Como destruyeron la Central Única de Trabajadores de Perú, que era una Central combativa, recontra de izquierda, grandes compañeros. La destruyeron. Y destruyeron la central obrera de Colombia. 5% de afiliados hay en Colombia. 5%. No existen. Destruyeron la Central Única de Trabajadores de Chile. Con esto que se decía acá. Libertad, libertad. Hagan sindicatos, todos los que quieran. Vos sos empresario y querés tener tu sindicato elegí en la oficina de personal siete u ocho y te lo reconocemos. Y así es en Chile ahora. Los sindicatos de empresas, se hacen en la oficina de personal. Porque algunos se piensan que ah, sindicato por empresa, hacemos la asamblea de base y tenemos un sindicato. No, es al revés. La patronal te hace el sindicato.Y cada año que pasa estás peor. Eso es lo que quieren ellos. Ese es el modelo. El modelo que es funcional al modelo de país que quieren. ¿Qué tiene Perú? Una burguesía acaudalada, opulenta que habla en cinco idiomas. Que consume en cinco idiomas y un pueblo hambriento. Hambriento. Sin horizonte.

Porque digamos la verdad. Yo no conozco argentinos que vayan a trabajar al Perú. Ahora acá quieren hacer una ley para echar a la gente que viene a trabajar en la Argentina, a ganarse la vida. No conozco argentinos que vayan a Perú a ganarse la vida. Ahora conozco a peruanos que vienen a la Argentina. Entonces, si ese es el gran modelo que nos ponen como ejemplo, estamos jodidos. Y esto es lo que ellos quieren.

Pero para eso tienen que destruir dos cosas. Al movimiento nacional y popular, al peronismo. Y cuando digo al peronismo lo digo también por todos aquellos que no son peronistas pero que forman parte hoy de esta articulación, porque hay una cantidad de partidos que no son peronistas pero que están articulados con el movimiento nacional.

Destruir eso y destruir al sindicalismo. Y nosotros tenemos por delante una batalla enorme. Porque si avanza la reforma laboral y no somos capaces de reconstituir nuestra fuerza con vistas a los próximos dos años, podemos llegar a un punto de no retorno. Porque así pasan estas cosas. Lamentablemente.

Yo conocí, Cachorro conoció, los que somos más viejos, conocimos la central combativa de Perú. Era una central muy poderosa, que convocó épicas populares en Perú. Con mártires. Y hoy prácticamente no existe. Hoy es historia. Como es historia la central obrera en Colombia. Como es historia la Central Única de Trabajadores de Chile.

Entonces, ese es el desafío que tenemos. La pelea la vamos a dar en varias etapas. Tenemos que ir a discutir con una propuesta, seguro. ¿Quieren reforma laboral? Sí. Reducción de la jornada.

Fíjense. Dicen: los convenios colectivos son viejos porque vienen del año 75. La jornada laboral de 48 horas viene del año 1919. Ahí no tienen problema con el tiempo. Ahí no se hacen problema. No miran el almanaque. Para que sigamos laburando a destajo no hay almanaque. Ahora, los convenios colectivos, eh, viejo, son … Una gran mentira. Porque además no son del 75. Se van cambiando.

Pero bueno, ese es el discurso con el que vienen. Entonces: reducción de jornada laboral. Vamos a proponer, como tenemos Presidente del Congreso que le dice cosas a las mujeres que son diputadas, vamos a proponer una ley en la reforma laboral para que el Convenio 190, sobre el acoso laboral en los lugares de trabajo, tenga la propia ley en la Argentina. Vamos a proponer participación en las ganancias; comité mixto de seguridad. Tenemos proyectos para trabajadores de plataforma digital. Tenemos el proyecto de reposición de los derechos de las mujeres en casas particulares. ¿Qué más trabajo no registrado que el de los jóvenes y el de las mujeres? Ahí tenemos proyectos.