Entre la noche del 12 de diciembre de 1976 y la madrugada del día siguiente, siete presos políticos fueron sacados por fuerzas de seguridad de la cárcel de Resistencia, Chaco, mientras el Ejército tenía rodeado el penal bajo amenaza de entrar a sangre y fuego. Trasladados a dependencias policiales los sometieron a golpizas y torturas durante más de cinco horas. En simultáneo, otros veintidós cautivos, entre varones y mujeres, provenientes de diversos lugares de detención, corrieron idéntica suerte.