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Fuente: Página/12
Una reunión que generó buenas expectativas
Hugo Yasky dijo tener la impresión de que “hubo una comprensión de la necesidad de hacer cambios” en Ganancias. La central sindical que conduce pidió también un aumento del 35 por ciento del salario mínimo y trasmitió su inquietud por las suspensiones y despidos.
“Probablemente haya una definición del Gobierno con respecto a los reclamos que planteamos. Creemos que hubo una comprensión de la necesidad de hacer cambios para que el Impuesto a las Ganancias tenga progresividad”, aseguró Hugo Yasky después de la reunión en la Casa Rosada. Tal como había ocurrido con la CGT de Antonio Caló a principios de la semana, ayer la CTA oficialista tuvo su encuentro con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Los dirigentes gremiales pidieron además la creación de una comisión tripartita para resolver la conflictividad vinculada con las suspensiones y despidos y un aumento del 35 por ciento del salario mínimo. Capitanich les pidió unos días para dar una respuesta.
Yasky aseguró que se fueron del encuentro con expectativas sobre el anuncio de alguna modificación referida al Impuesto a las Ganancias. De todas maneras, el dirigente señaló que Ganancias afecta al diez por ciento de los trabajadores, por lo que no puede ser considerado el primer tema de la agenda.
“Hoy el problema principal es el tema del empleo: si cae el empleo, cae el salario, y ahí no se salva nadie. Entonces, como central de trabajadores, aunque el reclamo por Ganancias tenga más prensa, no hay que perder de vista que si retrocedemos en el empleo, el problema de Ganancias va a desaparecer porque van a estar todos por debajo, nadie va a pagarlo”, declaró Yasky.
La propuesta que llevó la CTA sobre este tema fue la de poner en funcionamiento la Comisión de Empleo dentro del Consejo del Salario. Este organismo tripartito, con representación del Estado, los trabajadores y las cámaras empresariales, fue previsto como parte del Consejo del Salario, aunque nunca fue puesto en marcha.
Por otra parte, la delegación adelantó que pedirá un aumento del 35 por ciento del Salario Mínimo, Vital y Móvil. El número está relacionado, en el planteo de la CTA, con el 40 por ciento que el Gobierno aplicó para elevar la Asignación Universal por Hijo. “Hay que compensar a los que tienen los ingresos más bajos, y en este sentido nos parece razonable poner cuatro puntos por arriba al salario mínimo con respecto al promedio de lo acordado en las paritarias”, precisó Yasky.
A la reunión en la Casa Rosada fueron los adjuntos de la CTA, Pedro Wasiejko y Marcelo Frondizi, y la titular de los docentes de Ctera, Stella Maldonado, además de Yasky. Una semana antes, la organización sindical le había mandado a Capitanich un punteo de los temas que presentaría, y el jefe de Gabinete los esperó con una carpeta con datos sobre cada tema. El encuentro duró cerca de una hora y cuarto; en un tramo se sumó el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini.
En lo referido a la modificación de las escalas del Impuesto a las Ganancias, los gremialistas consideraron que tal cual está configurado “representa una injusticia”, por lo que se deben introducir cambios para que constituya un impuesto a los altos ingresos. En ese marco, sostuvieron que la modificación fundamental a hacer es la de la escala, incorporando al impuesto más escalones para que su aplicación sea más suave, y agregando más presión sobre los ingresos más altos.
Como parte del mismo paquete, propusieron que así como el pago de los intereses de los créditos hipotecarios se pueden descontar de Ganancias, se deben poder descontar de la misma manera los pagos del alquiler de la vivienda familiar. Finalmente, solicitaron que como en oportunidades anteriores se deje sin efecto la aplicación del impuesto sobre el aguinaldo.
Otras de las preocupaciones expuestas fue la de la disparidad de las asignaciones familiares, cuyos montos difieren según las provincias y municipalidades.
“Hay una expectativa que quedó abierta, a la espera de la respuesta”, definió Yasky a modo de balance de la reunión, dando a entender que se fueron de la Casa Rosada con alguna promesa. Para reforzar este mensaje, la central anunció, por la tarde, que se dará plazo hasta el lunes 28 para resolver si mantiene o levanta la jornada de protesta que había convocado para el próximo 4 de agosto.