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Palabras de Roberto Baradel en Mar del Plata
Compañeras y compañeros. La verdad es un honor, un orgullo, compartir este panel con compañeros trabajadores de las centrales sindicales de Latinoamérica. Es un orgullo el haber venido en el tren con ustedes, y como digo siempre, compartir la militancia de todos los días, una militancia tan impresionante, tan comprometida, como son ustedes.
Hoy yo lo veía a Hugo en el tren y recordaba, hace 9 años atrás, más de 9 años atrás. Porque el tema del ALCA se enterró definitivamente en el 2005 en la Argentina, pero hubo muchos años antes, en los cuales los movimientos sociales, los trabajadores, las centrales sindicales nos movilizamos contra los tratados de libre comercio.
Cuando nace la CTA, cuando fue el Congreso en Burzaco, nace con una concepción antiimperialista y con una posición, que queremos ratificar hoy, con la presencia del compañero de Cuba, que fue y es rechazar y repudiar el bloqueo inhumano que están llevando a cabo al pueblo y al gobierno de Cuba.
En Canadá, el único presidente que se opuso a los tratados de libre comercio fue el comandante Hugo Chávez, en el año 2001, y el compañero Hugo Yasky estuvo movilizado también con las centrales sindicales y movimientos sociales, rechazando la posibilidad de que nos siga dominando el imperio.
Y esa movilización que fue impresionante, en el 2005, en un tiempo diferente, cuando cinco presidentes, que en realidad fueron seis, porque fueron el compañero Néstor Kirchner, el compañero Hugo Chávez, el compañero presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, también en ese momento el presidente de Paraguay, que dijo No al ALCA. Y Evo Morales no era presidente. Miren ustedes, en Bolivia había un presidente que sabía hablar mejor inglés que español, sin embargo Evo estaba acá peleando junto a todos los pueblos contra el ALCA; el presidente Lula da Silva, y hubo un sexto presidente que fue presidente de todos los pueblos de Latinoamérica, mientras imperó el neoliberalismo, que fue el Comandante Fidel Castro, que acompañó esa movilización con una delegación impresionante.
Escuchar a esos presidentes, escuchar en un momento a Néstor Kirchner decirle a una funcionaria de Estados Unidos que lo quería ordenar: no nos vengan a prepotear, no nos prepoteen a nosotros en nuestra casa. Ese era Néstor Kirchner. Y así como les dijo claramente no nos prepoteen, les dijo con Hugo Chávez: No al ALCA. No al tratado de libre comercio. Queremos soberanía, integración de los pueblos y tener la dignidad de decidir como pueblo, qué camino vamos a tomar. Ése fue el No al ALCA.
Yo recuerdo discusiones que teníamos con compañeros respecto al tema de los gobiernos. Decíamos: a Néstor Kirchner lo respalda Fidel Castro, el gobierno de Cuba; y lo respalda el gobierno de Brasil, Lula da Silva; y lo respalda el gobierno de Uruguay, el pueblo de Uruguay; y algunos compañeros, que la verdad, estaban muy confundidos, decían, bueno, lo respalda Cuba, lo respalda Brasil y lo respalda Uruguay porque les conviene. Y nosotros les decíamos con el razonamiento de un joven que va a una escuela de formación a la primera clase: si le conviene a Cuba, le conviene a Uruguay, le conviene a Brasil, le conviene a Latinoamérica, ¿no nos conviene a los argentinos, a los militantes populares de esta patria grande? ¿cómo no vamos a acompañar las decisiones de gobierno claramente que van en el sentido de defender la soberanía?
Ese 4 y 5 de noviembre de 2005 hicimos un paro, un paro nacional y dijimos “Si viene Bush, yo paro”. Ésa era la consigna. Recuerdo que todos los medios de comunicación en la Argentina, inclusive los amigos, nos llamaban, se sentían incómodos. Y los otros nos destrozaban. Inclusive muchos compañeros nos decían: ¿pero qué tiene que ver Bush, y qué tiene que ver decirle No al ALCA con un paro de los docentes, con un paro de los trabajadores estatales?
Tenía y tiene que ver precisamente porque como le dijimos No al ALCA tuvimos 6% de inversión en educación; porque le dijimos No al ALCA tuvimos la derogación de la Ley Federal de Educación; porque le dijimos No al ALCA recuperamos Aerolíneas Argentinas; las jubilaciones para el Estado; porque le dijimos No al ALCA tenemos Asignación Universal por Hijo; porque le dijimos No al ALCA, redujimos la desocupación; porque le dijimos No al ALCA tenemos a los pibes en las escuelas; eso tenía que ver con lo del No al ALCA.
Cómo los trabajadores y nuestro pueblo no íbamos a parar fuertemente, y además de dar testimonio, tener presencia militando y construyendo la correlación de fuerzas necesaria que nos permita avanzar. Por eso le dijimos No al ALCA. Por eso estamos orgullosos de haber parado. Y más allá de todo lo que dijeron, aclaro, que el paro de ese 4 de noviembre fue un paro prácticamente total, en todas las escuelas del país. Y así fuimos construyendo esto.
El No al ALCA significó decirle no al intento de golpe en Ecuador; el intento de golpe en Bolivia contra el compañero Evo Morales. Ustedes se acuerdan lo que significó en la Medialuna de Bolivia. No podían entrar. Asesinaron a compañeros. Bueno, hace menos de un mes, Evo Morales, el gobierno popular, ganó también en esa Medialuna. Ganó en casi todos los estados, uno solo faltó.
Cuando rechazamos el golpe a Zelaya, en Honduras; cuando nos hicimos presentes en Paraguay, contra el golpe institucional que le hicieron a Lugo; cuando marchamos con los estudiantes en Chile; cuando en el Bicentenario en la República Argentina, después de una disputa fenomenal que tuvimos con la oligarquía terrateniente de nuestro país, con los sectores económicos poderosos, como fue lo de la 125, todos los presidentes de Latinoamérica, cruzaron, en ese Bicentenario la Plaza de Mayo, acompañando a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al compañero Néstor Kirchner.
Eso significó y significa el No al ALCA. Significa tener las posibilidades de ejercer plenamente la soberanía. Si nosotros hubiéramos estado atados a los tratados de libre comercio, no podríamos llevar adelante políticas distributivas, políticas de justicia social, como decía el compañero. Hay que saber ver claramente cuál es la contradicción principal de las contradicciones secundarias. Nosotros somos trabajadores, tenemos autonomía para definir, pero como somos trabajadores no somos neutrales. Porque no tenemos que ser furgón de cola de la derecha, ni ser funcionales a los grupos económicos y el poder, cuando quieren desestabilizar al gobierno, como acá en la Argentina, que están pretendiendo que este proceso se interrumpa. No lo vamos a permitir. Podemos tener discusiones, pero tenemos absolutamente claro dónde estamos parados.
Ahí donde está el capital financiero internacional, ahí donde está el imperialismo, ahí donde están los grupos económicos concentrados, ahí donde están las multinacionales, ahí donde está la Sociedad Rural, nosotros, como siempre, en la historia argentina, estamos de la vereda de enfrente, peleando contra estos grupos, contra ese poder.
Y decirles compañeros que estamos festejando el triunfo de Dilma Rousseff en Brasil, enorme triunfo de los compañeros, de los trabajadores, del pueblo de Brasil.
Estamos festejando el triunfo de Evo Morales en Bolivia, como dijimos antes. Estamos festejando el triunfo del Frente Amplio en Uruguay; estamos festejando el triunfo de Michele Bachelet, que no es Michele Bachelet del primer gobierno. Es el triunfo de una Michele Bachelet impregnada de la movilización de los estudiantes, de los trabajadores y de la derrota de Piñera. Eso estamos festejando también en Chile.
Estamos festejando que en Colombia no haya triunfado Uribe. Porque si hubiera triunfado Uribe; y esto que lo escuchen los buitres de adentro que se reúnen y se sacan fotos también con personajes como Uribe. Y si uno se saca una foto con Uribe está avalando el narcotráfico y al imperio yanki. No está avalando las políticas latinoamericanas. Uribe no tiene nada que ver contra el combate al narcotráfico. Por eso es fundamental que haya ganado Santos. Porque su triunfo implica la continuidad del proceso de paz de las FARC y el gobierno de Colombia, la paz definitiva entre Venezuela y Colombia y la no intervención de los Estados Unidos en los países de Latinoamérica. Eso significa que no haya ganado Uribe en Colombia.
Y estamos festejando que el Frente Sandinista de Liberación Nacional, sea gobierno en Nicaragua; y que el Frente Farabundo Martí esté en el gobierno en El Salvador.
Estamos festejando que el compañero Rafael Correa haya ganado en Ecuador. Estamos festejando todo esto.
Ahora, la derecha no se queda quieta. Y la derecha está accionando permanentemente. Y escuchando a los compañeros que me han antecedido en esta jornada, que es de lucha, de memoria, pero también es de formación, dijeron, con excepción del compañero de Cuba, porque ellos hace unos cuantos años han consolidado una revolución.
Los medios masivos de comunicación le pegaban al gobierno del Frente Amplio. Un compañero como Mujica, ante quien nos sacamos el sombrero. Compañero que estuvo ocho años preso, y vaya desde aquí nuestro reconocimiento como militante. En Brasil, a Dilma y a Lula. En Paraguay, en su momento fue a Lugo. Y a nuestro gobierno también. Y la derecha se está movilizando muy fuertemente. Y nosotros tenemos que salir a militar. Porque si nosotros realmente queremos y estamos comprometidos, como lo estamos, que este proceso político en Latinoamérica continúe, tenemos que militar para que el año que viene en la Argentina, la mejor contribución que le podemos hacer a la unidad Latinoamericana, es que este proceso político que está en la Argentina del año 2003 a la fecha continúe sin ninguna duda.
Tenemos que militar para que este gobierno popular tenga continuidad. Para muchos años más, porque esa es la garantía de bancar la unidad en Latinoamérica, de bancar a Brasil, de bancar a Cuba, y decirles a compañeros como Néstor Kirchner, como Hugo Chávez, como Fidel Castro, como Ernesto Che Guevara: compañeros cumplimos, peleamos y estamos ganando la unidad latinoamericana.
Muchas gracias y mucha fuerza.