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Con el nuevo año se renuevan las luchas y protestas
NO HABRÁ FÓRMULAS MÁGICAS
Fuente: Cohete a la Luna
Con el nuevo año se renuevan las luchas y protestas
«En medio de las tinieblas, sonrío a la vida, como si conociese la fórmula mágica que cambia el mal y la tristeza en claridad y felicidad. Entonces, busco una razón para esta alegría, no la encuentro, y no puedo evitar sonreírme a mí misma. Creo que la misma vida es el único secreto”. Rosa Luxemburgo (1870-1919)
Chile, un ejemplo de resistencia
“Miles de personas llegaron anoche a Plaza de la Dignidad. Sin permiso de las autoridades y no sabiendo como actuaría la policía, las actividades comenzaron temprano con una cena comunitaria que contó con cooperación de muchas organizaciones en honor a todos/as quienes han prestado primeros auxilios a miles de personas de forma voluntaria y con gran compromiso todos los días desde que se inició el estallido social. También se homenajeó a los jóvenes de la primera línea. Por primera vez vivimos una fiesta autogestionada que no necesitó de empresas con fuegos pirotécnicos. Las barras de los principales equipos de fútbol se hicieron cargo. Los vecinos del sector prestaron luz para iluminar la plaza, porque el gobierno la mantiene así para que las arremetidas de la policía sean más efectivas y terroríficas. Sin duda fue un fin e inicio de año hermoso lleno de rebeldía y desobediencia. ¡Que la libertad, la dignidad y la resistencia nos acompañen este 2020!!!” El testimonio es de una investigadora chilena. Su organización, el CEPA, estrechamente vinculada a la Central Unitaria de Trabajadores, junto a la Federación de Trabajadores de la Industria de la CTA llevó adelante un estudio sobre la realidad del movimiento obrero latinoamericano.
El rol de la sociedad civil
La vigilia de las organizaciones sociales frente a la legislatura de Mendoza para garantizar la derogación de la ley que pretendía legalizar la mega minería; y en la de Rawson, para resistir el intento del gobernador Arcioni que busca la modificación de la ley 5001 que prohíbe la mega minería en la provincia de Chubut, son una prueba palpable de que los nuevos tiempos vienen con poco estado de gracia para las nuevas autoridades. No son movimientos de oposición: son movidas de resistencia frente a medidas concretas que ponen en riesgo el interés colectivo.
La marcha de Mendoza registra pocos antecedentes por su magnitud y contundencia. La clásica provocación para dar lugar a la represión, la dispersión y el acobardamiento masivo no dio resultados, El umbral disuasivo de la represión ha retrocedido en el último tiempo y lo demuestran las persistentes movilizaciones en Chile, en Colombia, en Francia, en Hong Kong, el contagio global de la resistencia es un dato novedoso de los últimos años. El neoliberalismo de la década del ’90 era falaz, inconsistente, pero generaba ilusiones en los sectores medios de la sociedad. La nueva ola es mucho más violenta y coercitiva, a menor legitimidad mayor represión. El problema más serio lo encierra el hecho de que los triunfos son asumidos por la gente movilizada sin ningún tipo de intermediación, lo que vuelve más complicada la desmovilización para quienes representan el poder. Entre una derecha cerril y prepotente y una movilización social en crecimiento, el margen para la política parlamentaria, institucional y de consenso social se va estrechando sin pausa.
El protagonismo popular será determinante en la etapa que comenzó hace apenas tres semanas, La derecha derrotada en las urnas no se ha replegado y quiere volver al gobierno a como dé lugar, para ello se va a constituir en oposición parlamentaria mucho más contundente que lo que fue el Frente de Todos cuando le tocó su turno opositor. En consonancia con lo que pasa en el mundo y muy particularmente en la región latinoamericana, nuestro país se ha convertido en uno de los primeros en desalojar a la derecha neoliberal con una contundente victoria electoral. Como en los viejos tiempos de las dictaduras, las oligarquías latinoamericanas actúan con el convencimiento que la continuidad en el poder es la única garantía de la impunidad. No es vocación de alternancia lo que tienen, sino necesidad de proteger negocios y delitos. El mundo de la globalización, cada día más concentrado en menos manos, genera resistencia y rechazo creciente a escala global y en ese revuelo se disputan proyectos populares con nacionalismos xenófobos y nazifacismos reciclados. Los neoliberales pretenden ser la alternativa a ambas opciones, ganan elecciones por descarte, pero a la hora de aplicar ajustes fracasan. La globalización empantanada y los pueblos pujan buscando una salida hacia el futuro.
Los desafíos del movimiento sindical
El escenario económico y social en el que asumió Alberto Fernández es poco comparable al de los gobiernos anteriores. Argentina sumida en una recesión brutal que consumió prácticamente todo el mandato de Macri, un endeudamiento inédito y vertiginoso que se evaporó mediante la bicicleta financiera y la concentración de la actividad económica ejecutada al mismo ritmo, dejaron a la mayoría de los argentinos en condiciones de empobrecimiento colectivo y desmoralización que al no traducirse en una esperable explosión social estalló hacia adentro del cuerpo social. La crisis de los ’80 terminó con saqueos y movilizaciones y con el gobierno de Raúl Alfonsín. La de los ’90 en las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, llevándose a De la Rúa en helicóptero de la Casa Rosada. Y la crisis macrista, en una derrota electoral en primera vuelta. Este nuevo escenario sumado a la convocatoria al dialogo social y a las medidas de emergencia para superar el hambre, colocan al mundo sindical en una mesa de la que no fueron parte anteriormente. Menem salió de la hiperinflación con privatizaciones a mansalva y regalando el patrimonio público. Kirchner con una receta contraria, pero en ambos casos la CGT primero y las centrales existentes en el segundo no fueron protagonistas en la gestión. Ahora están convocadas, el desafío es saber si habrá cabeza para pensar en el conjunto de la clase trabajadora o si los viejos dirigentes trataran de llevar agua para sus molinos. Habrá política para todos los trabajadores: para combatir el desempleo, como sería la reducción de la semana laboral; y también para multiplicar los puestos de trabajo, o cada quien arreglará en sus convenios condiciones para repartir el crecimiento mediante las horas extraordinarias y así abultar salarios ficticiamente en detrimento del conjunto. Habrá políticas de seguridad para que las condiciones de trabajo eviten los miles de accidentes de trabajo que cada año matan y mutilan a tantos trabajadores. Habrá involucramiento con la lucha ambientalista para evitar el naturalicidio que implica la minería a cielo abierto y el fracking o quedará en manos de Guillermo Pereyra firmar convenios a la baja que empeoran las condiciones laborales de los trabajadores del petróleo.
El sentido de la Unidad del Movimiento Sindical votada por el congreso de la CTA en Lanús apunta a construir esa política. Los que se oponen guardan el viejo orden y sus negocios. El desafío es construir políticas para el conjunto de la clase trabajadora.
El paro más largo de la historia
Para Le Monde de Paris esta huelga es desde ya, el más largo bloqueo del transporte en Francia superando al que sucedió en los años 1986-1987.
Los sindicatos que se oponen frontalmente al proyecto de reforma, entre los cuales la CGT, FO, FSU y Solidaires, organizaron un gran día de acción y marchas el 9 de enero, sumaron otros sectores laborales al combate. El Consejo Nacional de abogados llamó a sus 70 000 abogados franceses a una huelga dura a partir del 6 de enero para «bloquear los proyectos del gobierno». Por otra parte, la Federación de Petroquímicos de la CGT anuncia un bloqueo de todas las instalaciones de gasolina del 7 al 10 de enero.
Con tantos conflictos en pleno desarrollo, es ingenuo pensar en un país en disputa como nuestra Argentina que la crisis se resolverá con la buena voluntad de las partes. Será una dura pelea en la que el gobierno que se estrena dependerá de sus propias convicciones plasmadas en decisiones políticas concretas y cotidianas.