Militante sindical, política, ex diputada nacional, ex embajadora en la República Bolivariana de Venezuela y el Reino Unido.

Antonella: El domingo pasado escribiste en El Cohete a la Luna “Entren en pánico”, un gran título para arrancar, en el que empezabas planteando una especie de balance después de este primer año de pandemia y arrancás con una anécdota del último encuentro de la Internacional Progresista y de las palabras de (Noam) Chomsky. ¿Cuál es el balance que hacés respecto de este año de pandemia y la situación de crisis civilizatoria?

Alicia Castro: El avance es muy malo. Este artículo que mencionás, que recomiendo a los compañeros y compañeras que compartamos, “Entren en pánico”, en la versión del diario digital del Cohete a la Luna. Realmente estamos en un momento único, inédito de la historia de la humanidad, con una concurrencia de crisis que nunca tuvimos, todas juntas, la crisis sanitaria, la económica y la medioambiental. Noam Chomsky, en la conferencia de la Internacional Progresista, organización a la que también pertenezco como consejera y tengo el honor y orgullo de compartir esa posición con gente del tamaño de Noam Chomsky, que en la cumbre mundial dijo: “Estamos más cerca del Apocalipsis, entren en pánico”.
Y esto, porque la pandemia en realidad nos exige soluciones nuevas y hemos podido comprobar que estamos también con comportamientos inéditos, porque la pandemia tiene un aspecto social muy importante y por ejemplo hemos visto que somos capaces de tomar decisiones colectivas de gran envergadura, como aislarnos para cuidar, para preservar la salud, entonces esto nos hizo ilusionar, incluso a muchos filósofos con que vendría una nueva etapa, signada por la solidaridad, por la ciencia, la cooperación, porque es evidente que tenemos que cambiar para salir de esta situación, evitar nuevas pandemias, que sabemos tienen relación con la contaminación, con el maltrato de la naturaleza, del medioambiente. Este es el momento para hacer un replanteo global de nuestras prioridades, una radicalización de nuestras propuestas. Creo que el movimiento obrero organizado tiene un gran papel. La necesidad de construir consenso respecto de quién paga la cuenta de la pandemia. La están pagando los que menos tienen, es evidente. Nosotros tendríamos que utilizar esta oportunidad para establecer un salario básico universal, un nuevo régimen tributario en el que paguen más los que más tienen y lograr por ejemplo, como hay propuestas en la Argentina y en el mundo de reducir la jornada laboral para repartir el escaso trabajo que existe, además de imponer un salario básico universal.
Pero todo está mucho peor de lo que imaginamos. Escribí ese artículo en el momento en el cual morían más de 500 compatriotas por día sin aire y sin despedida y parecen naturalizadas las 66000 muertes, y como señala Todorov “un muerto es una tristeza y un millón de muertos es una información”.

Antonella: Estas medidas y la estrategia de eliminación del virus en relación a las de mitigación y cómo algunos estados han logrado, justamente erradicar, de manera casi definitiva la Covid, el caso de China, Nueva Zelanda. ¿Cuál es el rol del Estado y qué medidas tiene que imponer, sostener para que justamente no seamos los trabajadores y las trabajadoras las que sostengamos el peso de la economía? Y lo hemos comprobado a principios del año pasado, cerrar es una estrategia fundamental.

A.C.: Lo que se ha demostrado y lo han demostrado científicos, sociólogos, está publicado, es que en la velocidad de los contagios y en la multiplicación de las muertes, tienen más que ver las decisiones políticas, las decisiones que tomen los políticos, que la propia naturaleza del virus. En el caso de Argentina se trata de las indecisiones políticas. Cuando recién hablábamos de que no naturalicemos la muerte, cuestión que antes solía repetir todas las veces que he publicado en twitter sobre esto, una advertencia de Alberto Kornblihtt, que ya el año pasado decía que es como si se cayera un Jumbo por día. Si se cayera un Jumbo por día se escribirían ríos de tinta sobre quién murió, qué esperanzas se truncaron, qué es lo que falló, investigar quienes fueron los culpables, en cambio nosotros ahora tenemos, ya no lo comparo con un Jumbo, lo comparo con la guerra de Malvinas, porque hace dos días murieron 663 compatriotas y en la guerra de Malvinas, en la que se peleó durante dos meses y medio, contra uno de los ejércitos más preparados del mundo, murieron 649 argentinos. Obviamente no tienen que ver las causales de una cosa y la otra. Pero esta también es una guerra y no me refiero a la guerra contra la oposición. Sabemos que el macrismo piensa que se mueran los que tengan que morir, pero creo que hay que sacarlo de ese eje, porque esta es una guerra contra la negligencia, contra la ignorancia y es una guerra contra el miedo que hay de ofender a distintos sectores que tienen intereses comerciales.
Volviendo a esto que ha quedado demostrado que los contagios y cantidad de muertes tienen que ver con decisiones políticas o funcionarios que miran las encuestas. Además quiero decir que no miran todas las encuestas. Hay un trabajo muy interesante de Daniel Feierstein, que acaba de escribir un libro que se llama “Pandemia”, lo recomiendo, y él reunió un grupo de investigadores de distintas universidades que pudieron demostrar que la mayoría de los argentinos y argentinas estamos dispuestos a acatar medidas restrictivas para cuidar la vida, pero que hay una minoría intensa que construye un sentido en los medios masivos de comunicación y lo que concluye Feierstein, es que si el gobierno contemplara estos datos, estaría más inclinado a tomar medidas precautorias. Pero hay esta presión que me hace recordar, a aquello que ustedes recordarán, de gran pesar y retroceso para los trabajadores en el mundo entero, cuando se acuñó la sigla del neoliberalismo por Margaret Thatcher y Ronald Reagan que era: “No hay alternativa”.
Incluso se concibió y propagandizó por las siglas TINA “There is No Alternative”, en inglés. Y ahora parece que no habría más alternativa. El capital lo exige, mantener la producción, el consumo, el turismo, el comercio activo, aunque perdamos la vida, porque siempre estos decisores piensan que otros perderán la vida.
El 15 de marzo nosotros acompañamos desde la Internacional Progresista, a un connotado grupo de científicos que difundió una carta al gobierno nacional pidiéndole que cerrara las fronteras ante la situación alarmante en nuestro país, en Chile, Paraguay, Brasil sino también por el surgimiento de variantes nuevas del virus que se caracterizan por una mayor transmisibilidad, mayor gravedad de cuadros clínicos y particularmente porque son cepas que tienen la capacidad de evadir la inmunidad protectora, que tienen tanto quienes han tenido Covid, como las vacunas que actualmente se están administrando y lamentamos muchísimo que el gobierno no haya hecho caso a esto.
Se fogoneó el turismo de Semana Santa, irresponsablemente, mezclando comunidades que provenían de lugares con poca incidencia y de otros con muchísimos contagios y siguen abiertos los vuelos. Todos los días publico en mi cuenta de Twitter @aliciacastroAR, la página de Aeropuertos Argentinos 2000 con la llegada de los vuelos. Seguimos trayendo vuelos de Brasil, de Chile, de Paraguay, de Europa. ¿Qué hemos logrado con eso? Ya tenemos las nuevas variantes en la Argentina. La cepa de Manaos y del Reino Unido, coexistiendo además, como ocurre en pocos países en el mundo.
Y en la Argentina, este es un dato escalofriante, hay más muertos por millón de habitantes que en la India. Por supuesto que en la India son muchos más en números, porque son millones y millones de habitantes, pero proporcionalmente nosotros tenemos más muertos por millón de habitantes que en la India.

Existe una estrategia de eliminación y la Argentina tiene que cambiar de rumbo e inclinarse hacia ahí. Este enfoque de eliminación tiene tres herramientas básicas: Cierre y gestión de las fronteras. Nueva Zelanda, que ha eliminado el coronavirus, controló fronteras con militares y todavía no vuelan de Asia países que no sean verdes. Están contemplando que haya intercambio con Australia, cuando termine de eliminar el coronavirus y el resultado es que en Nueva Zelanda hubo hace dos o tres días un concierto con 50000 mil personas sin barbijo. Se eliminó el coronavirus y esto demuestra que tiene que ver con las decisiones políticas que se toman.

Segunda herramienta: Son pruebas y rigurosos rastreos de contacto. ¿A qué llamo rigurosos? Cuando llegan pasajeros del exterior a la Argentina se les hace a algunos, a los que dicen que viven en Capital, a los que dicen que viven en provincias pasan, sin comprobar si es cierto o no el domicilio, la residencia. Les hacen un hisopado en el momento. Hubo un gran escándalo el otro día porque llegó una persona que sabía que tenía Covid. Llegan cientos de personas que no saben que tienen Covid. Como sabemos hay una etapa, muchas personas que transitan un Covid asintomático y que además pueden no registrarse en el testeo el día que llegan, pero sí cuatro o cinco días después.
Por eso los países que hacen rigurosos rastreos de contacto, lo que hacen es dejar a todos los que llegan aislados durante 10 o 14 días en un hotel o espacio especial, que pagan los turistas, los que han elegido viajar en el medio de una pandemia y se les hacen testeos periódicos. El primero a cuatro días de llegar. Porque llegan pasajeros asintomáticos así contagian a los otros pasajeros, a los tripulantes. Hay varios trabajadores aeronáuticos muertos por Covid y han tenido que dejar de operar varios vuelos en Aeroparque para irse a Ezeiza porque no había personal por la cantidad de infectados. Entonces, es imprescindible cerrar las fronteras por un tiempo.

La tercera herramienta es debilitar, impedir la transmisión en la población. Vuelvo con Nueva Zelanda. Llegaron dos mujeres del Reino Unido porque tenían el padre moribundo, en esas circunstancias las dejaron entrar, las controlaron y no las dejaron salir. Efectivamente las mujeres tenían Covid, pero no contagiaron a nadie. Nueva Zelanda tuvo seis semanas de confinamiento intenso. La estrategia de los epidemiólogos que los han asesorado, entre quienes está un científico muy reconocido, Michael Baker, un especialista en este modelo de eliminación.

¿Qué pasa en nuestro país? Un modelo de mitigación, que ha llevado a la mayoría de los países occidentales al fracaso, consistente en aplanar la curva, bajarla, no eliminarla, mientras se aumentan las camas de terapia intensiva para poder contener a los enfermos o a los moribundos.
Aumentar las camas, como dice Jorge Aliaga, otro prestigioso científico, no es disminuir los contagios ni evitar las muertes. Argentina apostó a la vacunación e hizo una equívoca evaluación de riesgos. El año pasado se podía decir que se estaba manejando bien la pandemia al comienzo, luego no. Confiar en la vacuna es riesgoso por tres cuestiones: la implementación es desigual -hay 25 países de Latinoamérica que no podrán vacunar al 70% de su población- y 17 países que no tienen ningún acuerdo bilateral para la compra. La implementación es desigual. Para que hubiera seguridad tendría que estar eventualmente, todo el mundo vacunado, o más seguridad, porque el tiempo de inmunidad es ilimitado y porque surgen nuevas variantes del Sars que son inmunes a la vacuna y la estrategia que se ha elegido en la Argentina nos va a llevar a nosotros, en la tragedia enorme en la que vivimos, convivir tres cuatro años con el virus, mientras tanto el virus irá mutando.
A nosotros ya se nos considera riesgosos para otros países. En Francia, que también está horrible, no dejan entrar argentinos, por el riesgo que representan. Todos se tienen que aislar con una cuarentena muy estricta controlada por el Ministerio del Interior.
Otro caso que es importante, porque acá parece que es el neoliberalismo, el capitalismo, el estado económico, estas cosas de no poder parar la economía. El propio ministro de Economía ha dicho que la Argentina no se puede permitir otra cuarentena estricta. Señor, lo que la Argentina no se puede permitir es tener 600 muertos por día. Lo que la Argentina no se puede permitir con el nivel científico que tenemos nosotros, con las capacidades que tenemos es que haya 66000 muertos y esto nos parezca pasable y en ese contexto que sea preferible abrir el turismo, dejar los vuelos abiertos.
¿A quiénes quieren contentar? ¿De qué valores estamos hablando? Por eso creo que se trata de una crisis civilizatoria. Y hay que explicarles a estas personas que aprecian más el beneficio que la vida, que quienes han apostado por la estrategia de la eliminación vuelven antes a la normalidad.
Hay un estudio muy serio, publicado por la revista The Lancet, que es prestigiosa en esta materia, un artículo de varios autores, investigadores, que se publicó el 28 de abril, retomo parte de la nota, que muestra que los países que han tenido la eliminación de la pandemia como objetivo y han tomado medidas drásticas para detener la transmisión comunitaria, les ha ido mejor en materia económica.

Por ejemplo las muertes por Covid por millón de habitantes, en los países de la OCDE, que es lo que ellos tomaron para hacer un estudio de campo, los que tienen 25 veces menos muertos que los otros, por millón de habitantes, son los que optaron por la eliminación, Australia, Islandia, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur, han recuperado su PBI, la eliminación muestra que se logran mejores resultados en términos económicos, el crecimiento del PBI de los países, niveles prepandemia: China, donde surgió el Covid, tiene 1400 millones de habitantes y 5000 muertos. Yo publico casi todos los días esto. Hay 41 países que tienen 2.300 millones de habitantes, nosotros tenemos 45 millones, y entre todos suman menos muertos que la Argentina.

Ariel Velázquez: Planteabas la cuestión del salario básico universal, liberación de patentes, el aporte de los ricos para poder sostener toda la etapa esta, que tan bien explicaste. Si no se le saca al poderoso, difícilmente se va a poder sostener una política sanitaria como la que se está planteando y Joe Biden ha tenido declaraciones que vienen rebotando muy fuerte en este sentido. ¿Cómo se entiende esto geopolíticamente? El giro del discurso de la principal potencia del mundo, o de este mundo multipolar que estamos viviendo, Biden, con este discurso de hay que liberar las patentes, hay que cobrarles a los ricos, hay que ir a un salario básico universal. ¿Crees que esto es posible realmente o fue una declaración más para poder competir con otras políticas populares que van tomando Estados como Rusia o China?

A.C.: Todos celebramos que Biden haya hecho esas declaraciones, es muy importante su palabra en esto, no son los que miran más la importancia de la vida, la masacran y la eliminan donde inician guerras como en Medio Oriente, etc. Me parece que en el último siglo no han tenido un especial amor ni expresiones políticas en apoyo a la vida, inclusive, es uno de los países que más muertos tiene. Trump hizo un desastre, hasta aconsejaba a tomar lavandina, etc, y esto lo que nos muestra es que si la mayor potencia del mundo no puede enterrar a sus muertos, podemos concluir muy fácilmente, que el capitalismo no es apto para la supervivencia humana. Hay muchos que lo quieren decorar, peinar. No es apto para la supervivencia humana. Es momento de pensar en otro modelo económico. No tiene por qué tener ninguno de los nombres del pasado, en materia de gustos y tendencias partidarias. En realidad el sistema está colapsado, no solo el estado sanitario mundial. El Estado y el modelo político y económico está colapsado.
Además veo con preocupación si miramos lo que está pasando en el mundo, además del horror que está pasando en Colombia, que los partidos políticos, y esto lo decíamos hoy en el programa “Salir por arriba”, por Radio Rebelde, en el cual tenemos participación muchos de quienes conformamos la Internacional Progresista. España, por ejemplo recién. Desastre con el aumento en votos de la derecha fascista. Pablo Iglesias retirándose de la política. Sorpresivo y doloroso. Vemos que hay un problema en que los partidos políticos o los frentes, como nuestro caso, que llegan para cambiar el estado de las cosas, terminan asimilando las propuestas del stablishment, y esto es lo que Yanis Varoufakis, miembro también de la Internacional Progresista, advirtió en la conferencia mundial con mucha preocupación, porque sabemos que las empresas ya pueden, y es un dato escalofriante para los trabajadores, pueden vivir y aun crecer, en este momento de predominio de las finanzas, y no de una economía productiva, aun sin consumo. Es decir, la empresa Hertz, de alquiler de autos, quebró, cerró sucursales en varias partes del mundo, pero sus acciones crecieron. Entonces es evidente que hay que cambiar el estado de las cosas.
Varoufakis decía que a raíz de la crisis económica del 2008, impulsada por Lehman Brothers, pensando en el fracaso de la burbuja financiera, que se pensó que podía ser el fin del capitalismo, hubo movimientos muy importantes de resistencia en el mundo entero. Indignados en España, que dio lugar al surgimiento de Podemos, estamos hablando del año 2008. Esas grandes movilizaciones, incluso en EEUU, Wall Street, en Latinoamérica, sin embargo esos movimientos se fueron sofocando y por maniobras internas de los propios partidos.
Por ejemplo, los demócratas en EEUU impidieron con maniobras y con trucos, fraudulentamente, la llegada de Bernie Sanders, como líder, como candidato de presidente de los EEUU, como sabemos Bernie Sanders es un dirigente de izquierda, y privilegiaron a Hillary Clinton. El resultado fue que ganó Bush, tal vez si hubiera sido una alternativa más real, más seria, una confrontación de paradigma, hubiera podido triunfar Sanders.
En el Reino Unido el laborismo, una masacre. Yo estaba como embajadora en Londres, y el laborismo llevó como líder del Laborismo el socialista Jeremy Corbyn, a quien conozco hace muchos años, porque tiene mucha vinculación con el movimiento gremial británico. Lo conocí por los sindicatos, yo era parte de la Federación Internacional del Transporte, fui su vicepresidenta y tenía sede en Londres. Nos conocimos bien y es una persona extraordinariamente consecuente, coherente, y fue una gran alegría que fuera votado, trajo una gran esperanza. Quinientas mil personas se sumaron al Partido Laborista, los viejos laboristas y los jóvenes que querían verdaderamente una transformación, y su partido le hizo una gran cantidad de zancadillas, maniobras, mintiendo, diciendo que era antisemita, y Jeremy Corbyn está apoyando Palestina, pero no es antisemita, una serie de acusaciones falsas y lo sacaron de su lugar de liderazgo y hoy está al frente del Partido Laborista, una persona de centroderecha, la tendencia introducida por Tony Blair en el partido.
Entonces lo que dice Varoufakis, que cada vez me resuena con más dramatismo, es que los partidos socialdemócratas o de centro izquierda, se parecen mucho a la derecha que pretenden combatir, entonces no hay alternativas. Nos encontramos frente a dos variantes del stablishment. Una a lo mejor más nacionalista y otra más liberal. Pero no representan una verdadera opción.

Subteradio: Lo que venís contando, me recuerda mucho a algunas ideas del pensamiento nacional respecto que “a ellos con durar les alcanza”, de Cooke, que tenemos que profundizar una lucha a ellos con durar les alcanza. Toda esta reflexión que venís haciendo nos pone de nuevo en esa línea, en ese punto en el movimiento obrero me parece que es central avanzar en esa demanda desde los proyectos nacionales, populares, tienen que profundizar las demandas y ampliar derechos porque ellos tienen los recursos para esperar y cuando duran y esperan en algún momento dan vuelta la cosa, como venís hablando. Agradecerte en nombre de todo el equipo.

A.C.: Gracias a ustedes, por supuesto que Otro Mundo es Posible, lo pensaremos siempre y haremos todas las luchas necesarias para poder vivirlo.

Audio entrevista: https://ar.radiocut.fm/audiocut/entrevista-a-alicia-castro-semanario-cta/

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