No sólo quiero agradecer que me hayan invitado, quiero agradecer también todo lo que aprendí de la CTA. El PIT-CNT es una central de muchísimos años, desde la década del 60, pero aprendió muchísimo de la CTA. Aprendió a resistir, a crear cosas nuevas, aprendió de la fraternidad, y todo eso nos ha permitido repensar al movimiento sindical.

Probablemente hoy no levante muchos aplausos. Pero nosotros tenemos que preguntarnos también, qué movimiento sindical necesitamos. Y si yo tengo algo para decir es: qué espero de la CTA. Y espero lo que siempre la CTA nos dio: un ejemplo de sindicalismo.

Me ha tocado estar en la trinchera de la política partidaria en Uruguay, con el Frente Amplio, el orgullo de estar en el Frente Amplio. Y desde esa trinchera es que les transmito esta preocupación que organiza lo que les quiero decir como expectativa hacia la CTA.

Es verdad lo que decía Emir Sader. Hay un cambio de época en América Latina. Hace diez años que cambiamos el rumbo de un continente, el más desigual del mundo, y empezamos a caminar hacia otra cosa, que todavía no sabemos qué es y que lo que menos está es garantizada.

¿Qué quiero transmitir como preocupación? Lo empezamos a hacer derrotando el Alca. Y ese cambio de época tiene mucho que ver con la lucha del movimiento sindical. Y cuidado, está lejos de estar consolidado. Y los gobiernos, que tienen detrás a las fuerzas políticas progresistas, se han metido demasiado para adentro de sus países.

Hemos logrado cambiar muchísimo a los países, pero hemos cambiado poco a la región. Nos falta construir un proyecto regional. Aquí nadie se salva solo por más grande que sea. Por lo tanto, el gran asunto del futuro es si damos un salto en calidad y dejamos de ser países mejores, para ser una región mejor. Porque lo que tenemos enfrente es demasiado grande para poder resolverlo solos. Para poder enfrentarlo solos. Eso es lo que representan los fondos buitres. Y mañana serán otros, y otros desafíos que nos obligan a estar juntos. Y no en la retórica. No podemos decir unidad simplemente como si fuera una palabra. Hay que construirla y estamos lejos de eso.

La izquierda en América Latina, quedó demasiado atrapada gestionando gobiernos y no logra abrir un nuevo paradigma a nivel de la región. Y no va a venir del resto del mundo. Si no miremos a Europa, con lo que nos está mostrando. Por eso fue tan importante que por primera vez en la historia pusiéramos a un dirigente sindical de América Latina en la CSI. Eso no había pasado antes. Y hoy tenemos a Joao Felicio, dirigiendo la CSI. América Latina tiene que empezar a tener un protagonismo en el mundo, pero para eso tiene que estar unida. Y eso no lo está construyendo la suma de los gobiernos, ni tampoco la izquierda que no se reúne. Y que cuando se reúne sólo hace declaraciones.

Por eso extraño tanto al movimiento sindical. Por eso espero de la CTA que vuelva a estar a la cabeza de la construcción de un sindicalismo de la región, que es la única garantía de la continuidad y la profundización de los cambios.

Eso espero de la CTA, y que lo logremos juntos. Viva la CTA.

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