Querido viejo, hoy se cumplen 20 años de tu desaparición física. Es difícil escribir sobre una persona que marcó mi vida. Más aun cuando se trata de alguien con quien compartí tantas alegrías y tristezas.
Alguien que significó tanto, no sólo para mí, sino también para tantos militantes populares que te rinden homenaje. No hay sector político o sindical que no te recuerde. No sólo por cómo se recuperó el gremio de los trabajadores estatales o cómo en pleno auge del menemismo decidieron formar un bloque para denunciar el vaciamiento del Estado, sino porque tu discurso y tus posturas político-ideológicas siguen más vigentes que nunca. Tal vez lo más importante que planteaste mientras observabas la destrucción del Estado, al que defendiste literalmente con tu vida, fue que en algún momento iban a llegar dirigentes que cambiarían aquellas medidas políticas que vos considerabas derrotas del campo nacional y popular. Diste la discusión, cuando pocos se animaban y desde adentro, sobre la reestructuración del Estado. Por suerte la falsa dicotomía sobre privatización y eficiencia está saldada; recuperamos Aerolíneas Argentinas, Aguas y Saneamiento y la ANSES. Definiste al Estado como única herramienta para garantizar el derecho de las mayorías. La dirigencia sindical,discute año a año con la patronal su nivel de incremento salarial. Los recursos destinados a la Educación están en un máximo histórico. No caben dudas del rol preponderante que debe jugar el Estado para garantizar la igualdad. Luchaste por la organización popular, por la unión de fuerzas, por la democracia, por la política. Hoy es casi imposible escuchar conversación alguna que no tenga un debate político de fondo. Sea en un bar, transporte público, o en la mesa familiar, las ideologías están más vivas que nunca. La juventud ha tomado un rol preponderante como actor político; hoy un pibe de 16 años puede ejercer el derecho más democrático, que es el derecho al voto, a la elección.
Cuando el cáncer te consumía tuviste la visión de dar la pelea en esos temas, muchos de los que siguen en el centro del debate. Eso explica la cantidad de homenajes que diferentes sectores realizan en tu honor por estas horas. Más allá de lo ideológico, nosotros que tuvimos la suerte de acompañarte, te rendimos un homenaje a lo que fuiste. Porque hasta tenías la simpleza de definirte como un argentino, un peronista de origen, un morocho de origen, pero por sobre todas las cosas, un militante popular.
Por Mario Huck
Especial de Tiempo Argentino sobre Germán Abdala