El mandatario golpista brasileño decidió no presentarse como candidato para las elecciones presidenciales de octubre, dado el amplio rechazo social a su figura. Las encuestas indican que sólo cuenta con 1% de intención de voto. En el otro extremo, luego de más de un mes injustamente encarcelado, el expresidente Lula sigue a la cabeza de las encuestas, con más del 35% de intención de voto.

Por Hector Bernardo – Diario Contexto

El presidente de facto de Brasil, Michel Temer, anunció que no se presentará a las elecciones presidenciales de octubre y que apoyará su exministro de Hacienda, Henrique Meirelles.
Durante un acto partidario, el mandatario golpista le dijo a Meirelles: “Te llamamos para ser presidente de Brasil”. El exministro, de 72 años, miembro del mismo partido de Temer, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), cuenta con el respaldo de los sectores financieros y especuladores que reivindican su política de ajustes.
Más allá de los deseos de Temer, Meirelles no parece correr con mejor suerte, ya que una encuesta de Datafolha indica que sólo tiene el 1% de intención de voto.
MEIRELLES NO PARECE CORRER CON MEJOR SUERTE QUE EL PROPIO TEMER. SEGÚN UNA ENCUESTA DE DATAFOLHA, SÓLO TIENE EL 1% DE INTENCIÓN DE VOTO.
El exministro afirmó: “Precisamos cuatro años más para construir un nuevo Brasil, que de hecho tenga espacio para el sueño de todos los brasileños”, y luego aseguró que “Brasil se cansó de políticas populistas”.
Temer, quien llegó al poder a través de un golpe parlamentario contra Dilma Rousseff, dio un giro de 180 grados respecto de las política que aplicaba la mandataria electa y del programa de gobierno que había sido votado por la mayoría de los brasileños.
Sus medidas políticas aumentaron la desocupación y la pobreza, a más de cinco millones de brasileños se les quitó el plan Bolsa Familia (un programa social similar a la Asignación Familiar por Hijo de Argentina), la desocupación trepó al 13,1% (lo que representa 14 millones de desocupados), se aprobó una reforma laboral que destruye los derechos de los trabajadores, y se perdió gran parte del patrimonio brasileño al permitir que empresas extranjeras exploten el Pre-Sal (una de las mayores reservas petroleras descubiertas en los últimos años), además de comenzar con un gran programa de privatizaciones.
INJUSTAMENTE ENCARCELADO, EL EXPRESIDENTE LULA SIGUE A LA CABEZA DE LAS ENCUESTAS, CON MÁS DEL 35% DE INTENCIÓN DE VOTO.
La violencia política y la persecución a los opositores se desató sin control. El encarcelamiento del expresidente Luiz Inácio “Lula” da Silva y el asesinato de la concejal Marielle Franco son dos claros ejemplos de ello.
En una reciente nota publicada en el diario Página/12, el periodista y analista político Eric Nepomuceno detallo que “por donde quiera que se mire, el retroceso en esos dos años es brutal. Por primera vez desde 2015, por ejemplo, aumentó el número de analfabetos brasileños. Más de cinco millones de brasileños han sido excluidos del más importante y visible programa social de los tiempos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, el “Bolsa familia”. Otro programa transformador, el “Mi casa, mi vida”, de viviendas populares, sufrió un corte de más de la mitad en su presupuesto, alcanzando principalmente la oferta de inmuebles a la población de más baja renta”.
No es de extrañar que, con todos esos datos detrás, las encuestas de cara a las elecciones de octubre indiquen que sólo el 1% de los brasileños votarían por el mandatario golpista. En el otro extremo, tras más de un mes de haber sido encarcelado de manera injusta, Lula continúa al frente de la intención de voto. La derecha trata de que no pueda presentarse, pero sigue atrapada en sus laberintos, porque sus candidatos (Temer, Meirelles y Jair Bolsonaron) son impresentables.

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