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Roberto Baradel, desde el Congreso Sindical internacional de Melbourne
Representantes sindicales de todo el mundo homenajearon a Hebe de Bonafini
Al comunicarse la noticia del deceso, los asistentes se pararon y aplaudieron de manera espontánea y prolongada. Baradel cree que Hebe será un símbolo aún más potente
Roberto Baradel, secretario general de SUTEBA y secretario de relaciones internacionales de la CTA, participa del Quinto Congreso de la Confederación Sindical Internacional (CSI), en la ciudad australiana de Melbourne, junto con representantes de la CGT. El fin de semana, le tocó informar el fallecimiento de Hebe de Bonafini, y compartir el homenaje de mil sindicalistas, que representan a 200 millones de trabajadores de 130 países.
—¿Cómo fue ese momento?
— Fue muy emotivo. Yo le pasé el mensaje a la secretaria general del congreso, y ella interrumpió lo que estaba diciendo para cederme la palabra, porque tenía que hacer un anuncio muy triste. Entonces proyectaron sobre la pantalla la foto de Hebe y yo conté que acababa de fallecer. Los asistentes al congreso comenzaron a pararse y a aplaudir, espontáneamente. Fue un aplauso cerrado, prolongado, realmente muy impactante.
—¿Es sabido en el movimiento obrero mundial que la mayoría de los 30 mil desaparecidos eran trabajadores y muchos delegados sindicales?
— Claro. Nosotros lo planteamos siempre, en cada foro, en cada encuentro internacional, en cada oportunidad que tenemos. La dictadura vino a implementar un modelo económico, a terminar con la distribución de la renta 50 y 50, 50 para los trabajadores y 50 para los empresarios, para implementar otro modelo mucho más concentrado y regresivo.
—¿Eso explica la reacción espontánea de los asistentes al congreso?
— Hebe es símbolo de lucha, de coraje y de coherencia, de defensa de los derechos humanos, contra la injusticia y la impunidad. Ella siempre fue un faro para cualquier dirigente social, político o sindical. Su fortaleza, su coherencia, su potencia, intuyo, se acrecentarán aún más a partir de ahora.
—¿Hubo un pronunciamiento de solidaridad con Nilda Garré?
— Sí y también es importante resaltarlo. Se aprobó de forma unánime el repudio del congreso al fallo judicial que condena a Nilda Garré a pagar 21 millones de pesos por negarse a reprimir una protesta sindical contra Clarín. Los sindicalistas del mundo entienden que esos fallos tienen la finalidad de amedrentar a los funcionarios que no son permeables a los deseos empresarios.
—¿Se trató la cuestión del precariado o del antisindicalismo de las nuevas derechas?
— Son dos temas centrales de la agenda. Se está discutiendo en la OIT un convenio colectivo para los trabajadores de plataformas. Hoy sufren falta de protección social y falta de derecho a huelga en muchos países. Y también hay sindicalistas perseguidos y presos por las nuevas derechas, en diferentes países del mundo.