Opinión del Director de Migración de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA-T.

El tema migratorio volvió a estallar en la opinión pública. En Argentina, con la lamentable declaración de funcionarios del gobierno nacional, como también de otros sectores políticos que para tapar su apoyo al Presupuesto 2019 de ajuste y empobrecimiento, salieron a manifestar que los responsables de todo mal en nuestro país eran los extranjeros. En el continente, con la caravana migrante que salió desde Honduras hacia Estados Unidos y la casería salvaje que realizaron las fuerzas de seguridad de los países recorridos. Así, subyace una clara crisis que lleva a que millones de personas en nuestra región busquen mejores posibilidad de vida para ellos y sus familias.

En nuestras Américas las migraciones son una evidencia de que la crisis económica de cada uno de nuestros países genera la expulsión de ciudadanos, que arriesgan sus vidas por un futuro en donde dar con una chance de subsistencia. No es nada nuevo respecto a las realidades del continente y es un hecho que podríamos replicar en todo el mundo y a lo largo de la historia de la humanidad: los seres humanos migramos para buscar mejores condiciones de vida.

Ahora bien, lo que nos alerta profundamente es la respuesta que comienza a gestarse frente a este contexto: el retorno de discursos xenófobos, la estigmatización de las y los migrantes y la instalación de relatos y construcciones por parte de los medios masivos de comunicación que, por lo menos en Argentina, vuelven a poner en el eje del debate a los extranjeros. Una discusión que se creía saldada pero que varios sectores de la sociedad parecerían dispuestos a reabrir, al creer tanto lo que pregonan periodistas sin fundamentos ni datos concretos y como lo que expresan aquellos dirigentes políticos que buscan los elogios de la derecha más recalcitrante: que los responsables de todos nuestros males no son ni el ajuste ni las políticas neoliberales sino ellos, los migrantes.

Sin embargo, ninguno de esos actores se detiene a pensar que los migrantes en su mayoría son expulsados por los sistemas económicos impuestos por las potencias mundiales, que a través de sus empleados de turno, gobernantes inoperantes, endeudan, empobrecen y expulsan a las poblaciones de sus propios países.

Desde esta CTA-T expresamos nuestro total repudio a los dichos por los sectores reaccionarios del escenario político nacional sobre los migrantes, porque nunca dejaremos de defender a los explotados por un sistema neoliberal y salvaje que los expulsa de sus países de origen.

*Este artículo está relacionado con la carta de solidaridad de la CSA, que se puede leer ingresando aquí.

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