Los días 4 y 5 de mayo el grupo de trabajo de Ambiente de la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA) desarrolló en Montevideo, Uruguay, el “Taller sobre transición energética, cambio climático y desarrollo sustentable”.

Organizado por la CSA y la Fundación Friedrich-Ebert-Stiftung (FES), del evento participó la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA de los Trabajadores, a través de Sergio González, coordinador nacional del Equipo de Ambiente e integrante de la CTA de los Trabajadores Río Negro. Junto a él, se encontraban representadas centrales de todo el continente americano.

El rechazo al modo de desarrollo capitalista y extractivista; la transición energética basada en los principios de eficacia energética y con prevalencia de las energías de flujo (renovables) por sobre las de stock (agotables); el reclamo de la energía y el agua como derecho y no como mercancía y la elaboración de estrategias desde el sector sindical fueron los ejes del encuentro que constó de dos días.

Durante la primera jornada de la actividad y luego de la apertura que brindara la FES y la CSA, el ingeniero y docente de la Universidad Tecnológica Nacional de Rosario, Pablo Bertinat ofreció una presentación a partir de un documento elaborado en 2016 que analiza la matriz energética en la región y con el que propone la discusión de una transición energética justa. El texto señala que para revertir los problemas energéticos, se deberían aplicar “las cinco D: desfosilizar, desmercantilizar, democratizar, desconcentrar, descentralizar”. “El problema energético es mucho más complejo que las emisiones de efecto invernadero. Es un sistema fuertemente mercantil, con muy poca lógica de derecho, con inequidad en el acceso, desplazamiento de gente, destrucción de territorios, no se trata sólo de desfosilizar sino de desmercantilizar y de democratizar”, señala al respecto Bertinat.

Por su parte, González agregó: “Ese documento trajo al debate las acciones necesarias en cuanto a energía: no basta reducir el uso de combustibles fósiles porque no pasa solamente por cambiar la matriz energética, sino por modificar el consumo de energía. Para eso hay que empezar a trabajar sobre las expectativas de desarrollo. En el marco de la transición justa se debe discutir cómo hacer la transferencia de tecnología y que no se trate de dejar de depender de una forma de energía para depender de otra. Por ejemplo, el Presidente de la Nación inauguró plantas eólicas en varios lados. Sin embargo, esa tecnología tiene un 2% de desarrollo nacional. No sirve trasladarse a nuevas formas de producción de energía mientras la maquinaria o la tecnología de mantenimiento no sea de producción nacional y esa es una decisión de política energética. Esa es la discusión que planteamos desde el sector sindical. Hoy en día, las empresas de energía sustentable son empresas alemanas, francesas o estadounidenses y son los que deciden a quién darle subsidios para que modifiquen su matriz energética, a la vez que exigen a qué empresas contratar. Entonces los sindicatos y los movimientos sociales tenemos que pensar un modelo de desarrollo, cómo hacemos para que la gente mejore sus condiciones de vida, sin que ese traspaso de energía sea otro avance más del capitalismo sobre los derechos de los trabajadores y los derechos humanos en general”, enfatizó González, quien junto a Avelina Alonso y José Testoni coordina el área de Ambiente de la Secretaría de RRII.

Al día siguiente, el taller se centró en el trabajo hacia la elaboración de una postura unificada frente a la transición justa, teniendo en cuenta que se trata de la transición a una economía sostenible por medio de la energía renovable, la eficiencia energética y el desarrollo sostenible, con el objetivo final de abandonar las energías contaminantes como las de combustión, la energía nuclear y otros recursos no renovables. En ese sentido, se discutió sobre la intervención de la Confederación Sindical Internacional, en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP22), desarrollada en Marruecos en noviembre pasado.

Al respecto, González destacó: “Se trató de elaborar un Centro de Transición como propuesta de mediación que ofrece la CSI para establecer metas de transición justa entre los gobiernos y las centrales de trabajadores. La CSA planteó que quiere participar de eso pero a través de los canales que definan sus centrales afiliadas. Hubo una postura unánime de todos los que trabajamos ahí en conjunto y las Naciones Unidas lo tomó como uno de los tres ejes a trabajar en ámbitos que comienzan este mes para preparar lo que se va a discutir en la COP 23, en noviembre próximo, en Bonn, Alemania”.

Los tres ejes serán entonces el financiamiento, los plazos de implementación y la transición justa: “Todos los que fuimos a Marruecos por la CSA estuvimos interviniendo en varios eventos y fue fructífero porque se logró instalar el tema no sólo por la CSA sino por la intervención de la CSI, para que el problema de la transición justa tenga un grupo de trabajo específico”, apuntó González.

Finalmente, en la actividad los representantes de la Central Única de Trabajadores de Brasil (CUT) convocaron a participar del Foro Alternativo Mundial del Agua, que se realizará en marzo de 2018 en Brasilia, en contraposición al Fórum Mundial del Agua promovido por el “Consejo Mundial del Agua”. En palabras de Sergio González, “Al ser la primera vez que se reúnen en Latinoamérica, los compañeros de la CUT están organizando este foro alternativo, para ir en contra de la mercantilización del agua, reclamándola como un derecho”.

Entre los documentos adjuntos de este artículo encontrarás más información sobre este tema.

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