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Un ejercicio político de la memoria

El asesinato de Dalmiro Flores

Fuente: Fundación Germán Abdala

, por Daniel Catalano y Emiliano Bisaro (*)

El 16 de diciembre de 1982 asesinan a Dalmiro Flores. Sucede durante la desconcentración de la marcha de la Multipartidaria que se organizó bajo la consigna: «Por la Democracia y la Reconstrucción Nacional». Ese día cientos de miles gritaban: “¡Que se vayan, que se vayan…!”; “¡Paredón, paredón, a todos los milicos que vendieron la Nación!”; “¡El que no salta es un militar!”, “¡Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar!”.

“en este jardín silencioso

Hay más Dalmiros

que flores…”

(Miguel Ángel Lens)

Roberto Baschetti en su impresionante esfuerzo por recuperar las biografías militantes nos cuenta que: “Cerca de las 20.10 hs., sobre la esquina del Cabildo donde se juntan Bolívar, Diagonal Sur e Hipólito Yrigoyen, apareció un Ford Falcon verde, chapa C-850.276 con cuatro policías de civil. Una de ellos, cerca de 40 años, 1,75 m de estatura, camisa de mangas cortas, verde a cuadros, por afuera del pantalón, bajó ante el tumulto de la gente reunida y se dirigió hacia donde estaba Dalmiro Flores gritándole: «¡Pará hijo de puta o te mato…!», para luego dispararle desde 5 metros sobre su espalda, a la altura de la cintura, provocándole la muerte, en tanto remataba su acción con un nuevo improperio: «¡Morite peronista hijo de mil puta…¨

Nunca se supo quién mató a Dalmiro. Fue uno de los últimos crímenes impunes de la dictadura militar en retirada. Una de las razones para explicar lo inexplicable, su muerte absurda, es que en la Planta Decker trabajaba sin protector auditivo, por lo que se había lesionado gravemente los oídos y al estar en la Plaza de Mayo de espaldas a los policías que venían a cazar gente y debido a su lesión auditiva, es muy probable que no haya escuchado la voz de alto ni muchos de los sonidos que lo rodeaban. El cuerpo fue entregado a sus familiares desnudo, sin la ropa, el reloj y el dinero que llevaba Dalmiro Flores consigo, al momento de su asesinato. Y en su Salta natal, las autoridades cívico-militares no permitieron a sus deudos que lo velaran, porque temían un salteñazo; tal era la indignación popular.”

Dalmiro Flores, había nacido el 1° de diciembre de 1952 en Camposanto, Salta se viene para Buenos Aires en busca de trabajo. Era trabajador metalúrgico de la planta industrial Marshall. Fue afiliado a la UOM y al Peronismo. El día que lo asesinan tenía 28 años.

En este breve escrito queremos recuperarlo como un ejercicio político de la memoria. Pero no cualquier modo de ejercer el recuerdo. Queremos alejarnos de las conmemoraciones, los homenajes y los bronces. Queremos ir por esa memoria militante que se reconstruyen en las charlas donde las palabras no son medidas y calzadas, sino que las ideas y la historia se mezclan con las anécdotas, las picardías y los errores de los que se hace la historia. Deseamos recuperar esas biografías militantes de las resistencias. Durante los años noventa estábamos ávidos por conversar con la militancia de los setenta y los viejos que quedaban de la resistencia peronista. Queríamos extraer información, experiencia, mística, todo lo que nos podía hacer sobrevivir el menemismo, sus consecuencias y sobre todo, su falta de horizonte. En ese ejercicio militante de la memoria era como nos defendíamos de la desesperanza. Así, quizás en este momento debamos ir a buscar las voces de los y las que resistieron en los años 90, en los ferrocarriles, en ENTEL, en los astilleros Río Santiago y Domecq García, en el Instituto Malbrán, en la Casa de la Moneda o en la Carpa Blanca, entre otros.

La semana pasada, en FLACSO, Artemio López recorría su relación con Eduardo Basualdo y nos transmitía que el campo popular pasó por noches mucho más oscuras que la actual y de todas salió. La dictadura y el menemismo fueron resistidos y superados. Por eso, decía, que tenía la convicción que ésta también la íbamos a superar. Así, hoy recuperamos a Dalmiro como recuperamos esa parte de la historia que nos dice que vamos a volver.

(*) Por Daniel Catalano (Secretario General de ATE Capital) y Emiliano Bisaro (Presidente de la Fundación Germán Abdala).

Publicada originalmente en: https://fgabdala.com.ar/el-asesinato-de-dalmiro-flores/

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