Se contó con la presencia de la ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, Estela Díaz; María Cristina ‘Marita’ Perceval, secretaria de Igualdad y Diversidad del Ministerio de las Mujeres de la Nación, y Ariel Sánchez, director del Área de Masculinidades, quienes abordaron los temas: violencia, masculinidades y estrategias sindicales.

La segunda y última jornada de formación Micaela Sindical se llevó a cabo de manera presencial en nuestra sede central y en formato virtual. Participaron también la coordinadora de la Secretaría de Género y secretaria de Formación, Investigación, Proyectos y Estadísticas de la CTA, Yamile Socolovsky; el secretario general de la CTA y diputado nacional, Hugo Yasky; compañerxs de la Mesa Nacional y responsables de género de las organizaciones de la CTA y de las provincias.

Durante la actividad también se trabajó en perspectiva de género la problemática de la violencia de género que la derecha ejerce específicamente contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el proyecto popular.

El primer encuentro fue el 9 de agosto, y en esa oportunidad contamos con la participación de la ministra Elizabeth Gómez Alcorta y de la docente e investigadora Nora Goren. Luego de este primer ciclo, el programa continuará con el espacio de Formación de Formadoras, “un dispositivo que es fundamental para que este proceso pueda continuarse y multiplicarse en nuestras organizaciones, en los otros niveles de organización de nuestra central, y que pueda ir desde las conducciones recorriendo los niveles internos, de la mano de nuestras compañeras y del Ministerio de las Mujeres”, destacó Yamile Socolovsky.

Además, se refirió al momento complejo que estamos viviendo, con este proceso de hostigamiento a Cristina Fernández de Kirchner y al movimiento popular. “Esta jornada también es parte de esa militancia, de nuestra defensa de la compañera Cristina y de nuestro esfuerzo por fortalecer en nuestras organizaciones la capacidad de identificar también en la violencia política contra Cristina, el fuerte componente de violencia de género y cómo el ataque a Cristina, en términos de ataque a un proyecto popular, también es un ataque a todas las conquistas igualitarias que, de la mano de los gobiernos de Néstor y Cristina, pudimos tener en nuestro país y aspiramos a seguir teniendo. Es muy importante que podamos reafirmar esa convicción y salir de aquí con mayor claridad en términos de cuál es el lugar que nos toca a las organizaciones sindicales en la pelea que estamos dando”.

“Son días difíciles, por eso vale la pena pensar en clave popular y feminista”, expresó a la par la secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Marita Perceval. Citó a Evita al decir “hay una sola cosa invencible en la tierra: la voluntad de los pueblos. No hay ningún pueblo que no pueda ser justo, libre y soberano”, y a María Bernaviti de Roldán, delegada sindical en la empresa frigorífica Swift y fundadora del Sindicato de la Carne, “activista inspirada y rebelde” del 17 de Octubre de 1945, “esa maravillosa gesta de la Patria sublevada”. “Nunca más que un chico no coma”, parafraseó a María, quien lo planteó desde una plaza de La Plata ante miles de compañeras de frigoríficos, que ya se habían decidido a marchar. “Así como decían ‘hay que marchar a Buenos Aires para liberar a Perón’, hay que marchar a (la calle) Juncal para que no volteen a Cristina los inescrupulosos de los privilegios”, aseveró Perceval.

Tras referirse a la primera versión del neoliberalismo económico de los ‘90, el neoliberalismo financiero de la mano de la crisis del 2008, de Lehman Brothers, “que impactó diferencialmente sobre las condiciones de vida de las mujeres, los niños, las niñas, las poblaciones indígenas, lxs campesinxs; las condiciones de dignidad de lxs trabajadorxs”, y las políticas y el impacto de género producto de la toma de deuda por parte del gobierno macrista, planteó la necesidad de construir una agenda que tenga en cuenta un enfoque feminista respecto de la renegociación de la deuda, la reforma tributaria, la reforma judicial y las políticas de cuidado. “Un millonario en Latinoamérica necesitó 16 semanas para recuperarse de la crisis pandémica. A una familia de escasos recursos le va a llevar 15 años. A una mujer a cargo de un hogar monoparental, trabajadora de casas particulares o precarizada, como lo son más del 40% de las trabajadoras de nuestra Matria, le va a llevar recuperarse dos generaciones”.

“Pensar en perspectiva de género es darle dimensión, preguntas, interrogantes a las desigualdades estructurales que existen. Que si no las leemos desde el género nunca las vamos a poder resolver”, reflexionó Ariel Sánchez, director de Promoción de Masculinidades para la Igualdad, del Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad sexual de la Provincia de Buenos Aires, y agregó: “Hablar de ampliación de democracia, de justicia social, de mayor inclusión, si no las pensamos desde la dimensión de género va a ser difícil que podamos ni siquiera preguntarnos en términos estructurales”.

En ese sentido, Sánchez planteó el desafío de pensar en cómo involucrar a los varones en las políticas de género. “Los varones creen que no tienen género, mientras que la cuestión de género nos atraviesa. Los mandatos de masculinidad provocan riesgos, morimos por cuestiones patriarcales, mientras que el feminismo nos puede salvar y volver más felices”, definió. A su vez, remarcó la importancia de comenzar a visibilizar y hablar sobre violencias, muchas veces naturalizadas y arraigadas también en los lugares de trabajo. “No me llama la atención que los varones no se involucren, ni siquiera muchas veces registran los tratos de humillación y violencia. Vamos a ir a buscarlos en donde estén. Los feminismos nos están hablando, nos van a salvar y salvan cotidianamente nuestras vidas”.

“El mundo que estamos transitando es un mundo más desigual”, subrayó Estela Díaz, y agregó: “Después de los cuatro años de neoliberalismo, los dos años de pandemia, la guerra en Europa, para las mujeres trabajadoras, para los colectivos de la diversidad, esto ha significado una sobrecarga en las tareas de cuidado, mayor brecha salarial. Y no alcanza con la participación en paridad, con la formación. Tenemos sobrecalificación. En cualquier estudio que veamos, la terminalidad educativa la hemos superado ampliamente en relación con los varones. Sin embargo, eso no ha redundado en la reducción de las brechas”.

“A un sindicalismo sociopolítico como el que abraza esta Central, que tiene un proyecto de sociedad, no sólo tiene reivindicaciones concretas que nos sitúan en un lugar de historia de la política, de la ideología, desde el lugar en que nos plantamos como Central, sino también en torno a estas desigualdades estructurales de género en la sociedad”, remarcó la ministra y describió que la brecha salarial es de un 27% en provincia de Buenos Aires, y ronda también ese número en todo el país, mientras que en los sectores de menores ingresos y de mayor informalidad, asciende al 40%. Por último, planeó la necesidad de discutir por qué cuesta tanto que las compañeras lleguen a ser secretarias generales de los gremios y rememoró el Paro Nacional Feminista, que fue el primer paro contra las políticas de retroceso del gobierno de Mauricio Macri, y se lo hicimos las mujeres y disidencias organizadas.

Por su parte, Hugo Yasky recordó y celebró la votación por unanimidad, durante el X Congreso Nacional Extraordinario de la CTA, de la paridad de género en un 50%. Agradeció el espacio de formación de la Micaela Sindical y señaló: “Nos hemos enriquecido. Cuando uno aprende, amplía la mirada. Y si el aprendizaje es colectivo, se amplía aún más”. Y citó el ejemplo de Madres, Abuelas de Plaza de Mayo y Organismos de Derechos Humanos, donde la presencia y la lucha de las mujeres se impuso mayoritariamente.

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