La histórica dirigente jujeña y secretaria de Pueblos Originarios de la Central de Trabajadoras y Trabajadores de la Argentina, fue sometida -junto a sus compañeras y compañeros- a la violencia racista. A lo largo de tres gobiernos constitucionales, de diferentes signos políticos, la clase dominante se ensañó con ella; su familia padeció esta crueldad y los miles de militantes de la Tupac Amaru que en Jujuy constituyeron un símbolo de organización y lucha fueron perseguidos sin piedad.

Pese a todo ello, Milagro continúa siendo un ejemplo de dignidad y en el noveno aniversario de su condición de presa política, cientos de compañeras y compañeros nos dimos cita en la casa donde cumple su injusta condena para homenajearla y exigir, una vez más, su libertad.

Una delegación de ATE Capital, encabezada por Juan Manuel Sueiro, se sumó a la caravana que partió desde la sede de Madres de Plaza de Mayo para arribar a La Plata junto a representantes de organismos de derechos humanos, movimientos sociales y agrupaciones políticas. Esta caravana, además, como un símbolo de fe cristiana y compromiso revolucionario, contó con Paco Olveira, integrante de Curas en Opción por los Pobres quien, piloteando su moto, iba en la delantera de la columna de vehículos con una bandera amarrada a su cuello.

Milagro, en la puerta de su casa-cárcel, recibió uno a uno a quienes allí nos dimos cita y nos hizo pasar al patio donde, apretados, acompañamos la inauguración de un mural que recoge los símbolos más significativos de las culturas andinas de los pueblos originarios.

Así, en medio del ondear de las wiphalas y el canto de consignas y músicas populares, la militancia rodeó a Milagro Sala en el noveno año de su dignidad encarcelada.

Publicada originalmente en: https://www.atecapital.org/noticia/milagro-salas-la-dignidad-encarcelada