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Emotivo acto en el Teatro Cervantes
Homenaje de la CTA a Evo Morales
El teatro Cervantes y otra geografía humana, otras voces y los palcos colmados por rostros, todos esperando la llegada del presidente Evo Morales y hasta el asombro de las hermanas bolivianas con sus trajes tradicionales y sus saberes: ¡Jallalla Evo! ¡Jallalla Bolivia! ¡Jallalla Hugo! Madre Tierra. Y desde los palcos cuelgan banderas de organizaciones sociales, de la CTA, del Frente Transversal, del Comedor Los Pibes, de agrupaciones de La Matanza. Fetia, Suteba.
Y está Hebe. Y las Madres, los pañuelos blancos. El pueblo las abraza, baja atronador desde todos los rincones del Teatro. Y en un momento, Hebe, ante tanta insistencia, se para y saludo. Fue un golpe al corazón, un despertar de tenerla ahí, de hacerla y hacer a todas la Madres ese homenaje de respeto, de reconocimiento.
Eso ahí, en el Cervantes, catedral del teatro y ahora, desde el proscenio, Carlos Girotti anuncia la llegada de Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales. Y en semejante boca de escenario, ya están, además de la mesa nacional de la CTA, invitados de organizaciones sindicales y territoriales. Si, es Evo, Se sienta al lado de Hugo Yasky entre aplausos, vivas y Jallalla Evo, Jallalla! Sí, Evo dando respuesta a la invitación de la CTA. Evo que luego dirá que, no se siente presidente, que el tiene que pensar que es presidente, en realidad se siente sindicalista, se siente hombre de organización social, que ser presidente es algo que ni soñó.
Para comenzar el acto, y sus circunstancias, se diría, y Marcelo “Nono” Frondizi es el encargado de leer un documento donde la Central y los trabajadores bregan por una salida al mar, territorio que le fuera arrebatado a Bolivia en una lucha de intereses imperiales y de sectores oligárquicos. Es un reconocimiento de un derecho (en un aparte publicaremos ese documento). Y es el turno de Hugo.
Pero no hay que apurar la palabra, hay que dejarla estar, dejarla avanzar en la voz de Hugo Yasky, secretario general de la CTA, quién después de los saludos y reconocimientos, fue ingresando su discurso en eso que latía que estaba en la ruidosa platea y los palcos, el reconocimiento a los trabajadores, a las luchas de nuestros pueblos: Hoy –dice Hugo- hay que rearfimar una vez mas, el papel fundamental de la unidad estratégica de los pueblos y de la clase trabajadora de América Latina”. Eso dice. Y avanza hacia el núcleo, donde las organizaciones sociales, los trabajadores, de la nueva etapa emancipadora del continente y que tiene su basamento en la unidad de la clase trabajadora.
“Hoy hemos construido una unidad que impide que la Argentina, Bolivia, Venezuela, que cualquiera de nuestros países, este siendo sometido a puntapié como está siendo sometido el pueblo de Grecia, en el quirófano, de recorte de ajuste con que los capitalistas del mundo tratan de paliar su propia crisis”. La unidad es una palabra que baja con vigor desde el escenario, desde la voz de Hugo. Es un eje, un espacio donde reivindica luchas, luchas que vienen desde le fondo de la historia. Esa unidad es lo que debemos preservar.
Mira a Evo y dice:
“Y esta posibilidad de tener a un luchador como Evo Morales que no aprendió lo que era la pobreza leyendo los libros, lo descubrió en las entrañas de la tierra, que es parte de la lucha milenaria. Que Evo Morales esté hoy acá, recibiendo el justo homenaje de la clase trabajadora argentina - porque estamos seguros que hoy mas allá de las siglas estamos hablando en nombre de todos. Estamos todos sumados a este reconocimiento”. Eso va diciendo Hugo. Y va soltando que, dos puntos:
“A Evo lo conocimos en el año 2000 cuando un presidente que no hablaba bien el castellano gobernaba Bolivia y que quiso privatizar el agua, cuando la lucha ejemplar del pueblo boliviano, de los campesinos, pudo frenar lo que fue el intento de privatizar el agua. Ahí conocimos a Evo, luchando abajo, con sus hermanos. Y nos volvimos a ver con Evo en el 2005, en aquel acto hermoso en que salimos a la calle en Mar del Plata para decirlo no al ALCA” Volvimos a estar junto con Evo y con Hebe en Santa Cruz de la Sierra cuando fuimos ahí, al corazón de la rebelión de la oligarquía boliviana, a decirle a Evo estamos con vos y con el pueblo boliviano”.
Y Hugo Yasky rememora que también aquí, con la “rebelión” de la oligarquía que se quería llevar puesto a todo lo logrado por el pueblo, entonces señala a Hebe, porque Hebe también estuvo allí, cuando fuimos a decirle desde toda Latinoamérica, no al golpe oligárquico. Y el pueblo hermano, con Evo, frenaron eso que se venía. “Gracias compañero Evo, gracias por el ejemplo, gracias por la lucha.
También mencionará el apoyo de la Central del apoyo a Bolivia en su reivindicación por una salida al mar. Hay para entregar una plaqueta.
Lula nos decía hay que recordar siempre la frase del maestro Paulo Freire; “Hay que saber unir a los diferentes para enfrentar a los antagónicos”. Los que no ven la diferencia terminan al servicio de los antagónicos, esos son los que pierden el camino: no hay que perder el camino, hay que saber que en la unidad de nuestros pueblos esta la verdad”.
Hay pancartas que parecen saltar, o vuelan desde los altos palcos, hay aplausos, y otra vez resalta la palabra reconocimiento. Porque el acto del teatro Cervantes, tuvo mucho de eso, más que un homenaje, fue un reconocernos, por eso apareció el No al Alca, por eso las luchas, por eso la clase trabajadora, eso que nace desde el pie.
Evo
Evo Morales en el estrado. Como las luces son los reflectores del teatro, toda la iluminación da un aire, un recorte a los rostros, cuando menos, extraños para un acto político de esta envergadura. Evo es más alto de lo que parece en las fotos. También se le percibe cierta timidez, como se si le costara asumirse como presidente. Y el mismo, con su manera suave, no de orador, sino como alguien habituado a dialogar con el otro, dice: “Nunca pensé, nunca soñé y a veces no creo que soy presidente, me siento más dirigente sindical que presidente".
Después lo repetirá: me siento más dirigente sindical que presidente. Y desde el centro de la sala, donde se encuentra la delegación de hermanos bolivianos residentes en Argentina, estalla el ¡Jallalla presidente Evo! ¡Jallalla presidente!, como para que no se baje. Evo espera que terminen los aplausos a su ocurrencia.
Y dice: “Me acuerdo perfectamente cuando con el compañero Hugo y un grupo de compañeros estuvieron en Santa Cruz de las Sierra expresando la solidaridad para rechazar esa conspiración que enfrenté como presidente. Nunca me voy a olvidar de la solidaridad del compañero Hugo, todos los trabajadores y en especial el movimiento campesino originario y que recuerdan a la Central de Trabajadores de la Argentina, muchas gracias hermanos y hermanas.”
“Muchísimas gracias compañeros y trabajadores por el apoyo a Bolivia en su reclamo de salida al mar. Yo siento que la historia se repite frente a los bolivianos y con los hermanos argentinos Quiero decirle con mucha fuerza, mucho respeto y cariño que las Islas Malvinas son y serán para Argentina y el mar para Bolivia”.
Evo habla de alguna vez siendo joven estando en Lima, vió junto a otros compañeros el mar. Y lloraron. Evo se toca el corazón suavemente con el puño y dice: está aquí. Como si la memoria de la tierra, de hechos que sucedieron antes que él naciera, estuviera grabada al fuego de un despojo y que eso no se rompe en la memoria. Eso está, eso estará siempre. Y va caminando las palabras, habla del agua: “El agua, la energía, no pueden ser negocios privados. Los recursos naturales deben ser el pueblo bajo la administración del estado” “La mejor forma de salvar a la humanidad es defendiendo los derechos de la Madre Tierra. Es vivir en armonía con la naturaleza. Tengo confianza en que los trabajadores y dirigentes de Latinoamérica van a plantear esta nueva tesis política a lo largo de todo el mundo”. Que se convoquen a los trabajadores y a distintos sectores para elaborar el primer borrador, el segundo borrador, convocando a grandes conferencias, de esta nueva tesis política para salvar a la vida y la humanidad que no sean propuestas que nos imponen, consultores ni el Banco Mundial ni el Fondo Monetario Internacional, yo creo que somos capaces de generar buenas propuestas”
Es Evo. Y va encontrando las palabras y dice que los trabajadores tenemos que tener una propuesta superadora. Que Latinoamérica está llamada a tener una propuesta, no sólo para nosotros, sino una propuesta porque este es nuestro tiempo. Ya son reflexiones, habla de lo que aprendió de Néstor Kirchner (y estalló el Cervantes), lo que aprendió de Chávez, de Fidel. Eso es lo que dice, tenemos que bajar como ideas. Habla de un capitalismo agotado y sin respuestas. Que las propuestas tienen que salir de nosotros, de la clase trabajadora.
Fue el fin de un día distinto. Un día que quedará metido en la memoria, será memoria, con un final donde teatralmente –estamos en un teatro- bajó la plataforma donde están Evo, Hugo y cuando llegó a nivel de piso, Evo fue a abrazar a Hebe y a todas la Madres. Y un poco delirio, y mucho que seguirá retumbando, el retumbar desde donde se emite un discurso y, primero Hugo y después Evo, ellos hablan -y son- desde los trabajadores, desde la clase trabajadora. Y al que no le gusta, se jode.