Yo la vi. No estaba tirando cascotes ni rompiendo autos. No tenía la cara tapada, por eso la vi. Estaba llorando frente a los escudos transparentes de la policía que avanzaba para apalearla a ella y a sus colegas. Lloraba con una angustia, con un dolor que me calaron hasta los huesos, que me dieron verguenza de no estar al lado de ella. Lloraba sin miedo, con el dolor de quien sabe que está pasando algo terrible, algo sin vueltas.
Yo la vi. No estaba tirando cascotes ni rompiendo autos. No tenía la cara tapada, por eso la vi. Estaba llorando frente a los escudos transparentes de la policía que avanzaba para apalearla a ella y a sus colegas. Lloraba con una angustia, con un dolor que me calaron hasta los huesos, que me dieron verguenza de no estar al lado de ella. Lloraba sin miedo, con el dolor de quien sabe que está pasando algo terrible, algo sin vueltas.
A él también lo vi. Flaco, poco pelo, mojado por la lluvia. Se aferraba a la estructura tubular con la fuerza del que sabe por qué y por quienes lucha, mientras tres uniformados trataban de arrastrarlo entre golpes e insultos.
Yo lxs vi. No agredían, no tenían palos, no cortaban la calle ni pintaban esos muros que tanto preocupan a algunos. Estaban levantando una escuela cuando los perros entrenados de un Estado que le teme al pueblo educado, les saltaron al cuello, lxs gasearon, lxs golpearon y se llevaron a cuatro.
Yo lxs vi, y me dolió la panza de rabia, pero se me hinchó el corazón de orgullo, porque esxs son mis colegas, pero también son mis maestrxs,lxs que me enseñaron a leer, lxs que me ataron los cordones y me limpiaron los mocos en primer grado, lxs que me acercaron a la literatura, lxs que me hablaron de mis derechos y me djeron que de mí también dependía que Nunca Más.
Yo lxs vi caer al suelo y levantarse, correr a auxiliar al comañerx caídx, a resguardar al otro y a la otra del palazo inclemente, igual que me resguardaron a mi cuando fui su alumna.
Y también lo ví a él, barbado y firme, a Carlos Fuentealba, armando la Carpa junto a ellxs.
Yo lxs vi. No me lo voy a olvidar nunca. No nos podemos olvidar nunca, ni justificar, ni buscar una explicación.
Les están pegando a lxs docentes para que no armen una Escuela. Si no podemos ver lo peligroso que es eso, es que estamos ciegos.
Mañana te van a decir que era mentira, que no lo viste, que las fotos son trucadas, que no eran docentes sino violentos infiltrados. No les creas, no desconfíes de tus ojos Yo los vi y vos también.
Cecilia Solá